Los alumnos del Miracle de Tarragona dan una clase multitudinaria de activismo

Ayer los alumnos de la Escola El Miracle dieron una clase multitudinaria de activismo medioambiental. En total 303 niños desde infantil hasta sexto de primaria marcharon para explicar sus reivindicaciones y propuestas para conseguir una ciudad más sostenible.

A las personas que se encontraron por el camino, incluidas la Rambla Nova y la Rambla Vella (esta última la cerraron momentáneamente al tráfico) les resultaba imposible no darse la vuelta a mirarlos. Y no solo por el ruido, que era considerable, sino por la multitud de originales pancartas que llevaban.

Los mensajes eran tan variados como los estilos. Había desde la que iba adornada con trocitos de tela hasta una con extra de purpurina. Algunas pedían simplemente: «Cierra el grifo» o «Apaga la luz cuando salgas» y otra recordaba: «Compra con la cabeza, no con los ojos».

Y es que la marcha de ayer era apenas el punto final del proyecto que ha estado desarrollando toda la escuela durante este último trimestre centrado en la sostenibilidad.

Los propios niños se encargaron, una vez llegados al Ayuntamiento de Tarragona, de contar el trabajo de cada clase. Los recibieron los concejales en funciones de Educación, Manel Castaño, y de Medioambiente, Eva Miguel, así como la inspectora Rosa Maria Codines .

Así, por ejemplo, los de I4 (antes P4) contaron que se habían ocupado de medir cuánta agua gastaban en una mañana para lavarse las manos. No solo constataron que cerrando el grifo se gasta menos, sino que el agua sobrante la usaron para ‘bajar el pipi’. «Porque el agua que se usa para esto no tiene que ser potable, os animamos a probarlo en casa», apuntaba su maestra. Una niña aprovechaba para lanzar un último recordatorio: «no confundáis la taza del váter con la papelera».

Los de segundo se centraron en la idea de compartir, reparar y reutilizar. Una de sus iniciativas fue organizar una recogida de objetos entre sus familias para colaborar con la Biblioteca de las cosas de Sant Salvador.

Los de tercero, por su parte, están elaborando una propuesta para que su patio de baloncesto deje de ser íntegramente de cemento. Están estudiando cuáles serían las especies de plantas más convenientes pensando en la sequía o cómo conseguir sombras.

Los de cuarto y quinto han trabajado junto con la Cooperativa l’Escamot para crear un pedibús que permita a los niños ir andando de manera segura y autónoma a la escuela. Sus reivindicaciones eran de lo más concretas, desde eliminar las barreras arquitectónicas (en alguna pancarta aparecían las escaleras del Amfiteatre que están justo al lado) o conseguir que haya menos coches y no vayan tan rápido.

Los de sexto, que estudiaron a fondo la contaminación que produce la industria textil, dieron abundantes datos y hasta organizaron un desfile de moda con alfombra roja incluida. Finalmente les acompañó el superhéroe ‘Plastic hunter’. En resumen: una clase difícil de olvidar.