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Tras un año de interrupción debido a la pandemia, este martes salió a la venta por segunda vez el Màgik Boada de Velvet MGL, un pastel individual que, igual que el cóctel en el que se inspira, pretende contribuir a las fiestas de Sant Magí. El postre contiene mousse de cerveza, licor de arroz y de limón y un centro de crema de limón, además de base de biscuit de almendra, y puede adquirirse en la tienda de Velvet MGL situada en la Av. Ramón y Cajal núm. 49 por el precio de 4,20 euros.
Su creador es Marc García, fundador y propietario de la pastelería, y explica que el postre se inspira en el cóctel de autor Màgik Boada del prestigioso y estimado tascaman tarraconense Eduard Boada. El coctelero también confeccionó su bebida para acompañar las fiestas del patrón de la ciudad, y usó los siguientes ingredientes: licor de arroz El Petonet, cerveza, hielo y granizado de limón.
El Petonet de José López es una bebida con DO Tarragona de gran reconocimiento internacional, ya que fue galardonada como una de las mejores del mundo por la International Taste & Quality Institute (iTQi). Esta bebida también se presentó para una de las fiestas mayores de la ciudad, concretamente, para las de Santa Tecla de 2016, y propició la creación del cóctel y del postre Màgik Boada que se sacaron el 2019 para Sant Magí. García destaca que «aunque es verdad que en Tarragona ya existían postres típicos de Sant Magí, como los bastones del Gremi de Pastissers, nosotros queríamos decantarnos por un lado más moderno».
La pastelería Velvet MGL puso a disposición de su clientela este martes alrededor de cien unidades de pasteles Màgik Boada, y Garcia ayer auguró: «Hoy se agotarán. Ya se han vendido más de ochenta unidades estos días y hoy aún no hemos llegado a las horas de más afluencia, que son de 12 a 14».
Sobre Velvet MGL
La pastelería fue fundada por Marc Garcia con la ayuda de un amigo el 23 de marzo de 2017. En ese entonces, se trataba de una pequeña pastelería situada en el C/Soler núm. 5. Después de tan solo dos años, Garcia pudo abrir un segundo local en la Av. Ramón y Cajal.
Sin embargo, la apertura de la segunda tienda coincidió con el inicio de la pandemia: «Fue un desastre. Justo habíamos terminado con las obras y acabábamos de abrir», se lamenta Garcia. «Nos estábamos preparando para Pascua y nos encontramos con el dilema de si preparar o no las monas. Sufrimos mucho para venderlas y las tuvimos que repartir casi todas».
No obstante, según explica el propietario, fueron capaces de «espabilarse» y de vender la mayoría: «Fue entonces cuando creamos nuestra página web y empezamos a tener más presencia en Instagram». Aun así, decidieron cerrar la primera tienda para concentrar sus esfuerzos en la nueva: «Quien mucho abarca, poco aprieta. Ahora mismo tenemos demasiado trabajo como para ocuparnos de una segunda tienda: formando al personal, asegurándonos de que todo salga bien...».
A pesar de todo, Garcia afirma que en la actualidad el negocio va muy bien y goza de una plantilla de nueve empleados, aunque se encuentre en temporada baja.
