Los marchantes exigen más control y seguridad en el mercado de Bonavista

Denuncian la proliferación de paradas que no respetan los estándares de calidad, la existencia de un mercado paralelo ilegal a pocos metros, así como la falta de servicios y de vigilancia

19 mayo 2017 23:38 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:33
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Los vendedores del mercadillo que se instala todos los domingos en Bonavista ven con preocupación cómo el recinto viene sufriendo en los últimos años lo que denuncian como un «proceso de degradación». Un fenómeno que se manifiesta en diversas vertientes, desde la calidad media del producto que se ofrece hasta la seguridad de los visitantes, pasando por otras cuestiones que tienen que ver con el orden, la limpieza o los servicios.

«El mercadillo de Bonavista está un poco dejado por parte del Ayuntamiento. Echamos en falta más vigilancia, más seguridad, más limpieza...», denuncia el presidente de la Associació de Marxants de la Província de Tarragona, Josep Joaquim Gómez, quien añade:«Los propios vecinos, por ejemplo, se quejan de que el domingo cuando los marchantes nos marchamos aquello es un descontrol. Entran vehículos, no se puede limpiar...».

Pero ése no es el único problema. En invierno, los marchantes se encuentran también con dificultades por falta de ciertos suministros: «Durante los meses de invierno, cuando llegan allí los primeros marchantes, a las seis de la mañana, se encuentran con que no hay luz y es de noche, por lo que tienen esa dificultad añadida para montar», se queja Gómez, quien añade en tono crítico:«Allí sólo se pone luz artificial para la Feria de Abril».

Un tercer aspecto que Gómez considera que debe mejorar es el de la seguridad:«Antes teníamos bastante vigilancia privada, porque no deja de ser el segundo mercado más grande de Europa en metros lineales, pero últimamente ha bajado». Además, «el mercado ahora está un poco deteriorado». «Ha entrado un tipo de gente a vender que trae un tipo de género que no tiene la calidad que tenía antes».

‘Intrusismo tolerado’

Otro de los problemas del mercadillo, en este caso no estrictamente interno pero que afecta muy directamente a su viabilidad y a las ganancias de los marchantes, ha sido la aparición «de otro mercado paralelo en la parte de abajo del recinto», denuncia Gómez. «Ahí se pone gente sin ningún tipo de autorización a vender y los Mossos dicen que es cosa de la policía local, y la policía local echa los balones a los Mossos. El uno por el otro no hacen nada y ahí siguen. Habría que impedir el acceso a este personal, que son gente de fuera y que allí venden de todo. Es vergonzoso. Exigimos que la autoridad intervenga y acabe con este intrusismo», denuncia Gómez visiblemente enfadado.

Muy de acuerdo con esas tesis están también los integrantes de la Associació Marxants TGN, que agrupa a vendedores de Tarragona ciudad. «En el Mercat de Bonavista hay que hacer una inversión en mejores servicios. Hay que hacerlo atractivo, moderno, que sea un centro comercial al aire libre y actualizarlo a la época en la que nos encontramos, para que la gente lo encuentre atractivo», reclama el presidente de la asociación, Enric Daza. Algo que, en su opinión, en la actualidad no sucede:«Ahora lo que da el mercadillo es miedo. La gente ya no va tanto, pero con ganas y voluntad política todo tiene solución. Ahora bien, si no se hace algo corremos el riesgo de que se convierta en un zoco, que es en lo que ya está empezando a ser», alerta el representante de los comerciantes tarraconenses.

No se trata únicamente, en su opinión, de garantizar niveles adecuados de seguridad, limpieza y demás, sino también de preservar la calidad y la oferta del recinto: «Sería bueno que el producto sea más diversificado. Y en la actualidad el mercadillo quizás es demasiado grande en cuanto a dimensiones. El Ayuntamiento no ha querido desperdiciar ni un solo espacio vacío, que es justo donde se podrían ofrecer actividades complementarias para dinamizarlo», reclama Daza, y cita algunas posibilidades:«Se podría ofrecer guardería, por ejemplo. O actividades específicas coincidiendo con fechas especiales. Antes de Navidad, por ejemplo, se podría contratar a grupos que canten villancicos, o instalar paradas de venta de turrón, como se hacía antes... Ofrecer un valor añadido», sentencia.

‘No es fácil de gestionar’

Desde el Ayuntamiento, la concejal de Comerç, Patricia Antón, reconoce que «gestionar un mercado tan grande es muy complejo», pero en todo caso responde, en cuanto a la degradación del género y la oferta, que «las paradas que lo forman son las mismas de cada año, los mismos empresarios, por lo que si se degrada a nivel de imagen en parte también es responsabilidad de los marchantes». En cuanto al intrusismo de vendedores en una zona próxima, la concejal remarca que «Espimsa no tiene competencias en ese ámbito» pero asegura que «se montan dispositivos de Guàrdia Urbana y Mossos d’Esquadra para controlar esa venta ilegal».

Antón también defiende la actuación municipal en cuanto a la seguridad dentro del mercado, al recordar que «la Guàrdia Urbana monta dispositivos cada semana». Aun así, reconoce que «donde hay tanta gente siempre hay oportunidad», por lo que «deberían ser los propios comerciantes los que alertasen a los cuerpos de seguridad si ven algún mal comportamiento».

Sobre las tarifas que pagan los marchantes, que ellos consideran excesivas para los servicios que obtienen a cambio, el consistorio admite que «es una lucha que siempre está presente», pero recuerda que, si bien en 2012 se incrementaron las citadas tarifas en un 3%, desde entonces se han congelado.

La concejal reconoce, a modo de conclusión, que «se está estudiando» la puesta en marcha de un plan de revitalización para el recinto, pero lamenta que «mientras Espimsa no disponga de recursos económicos para inversión no se podrá llevar a cabo».

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