Los paradistas del Mercat Central votarán los horarios de apertura

La Empresa de Mercats impulsa un proceso participativo entre los paradistas para modificar los horarios de apertura del Mercat Central de Tarragona. Esta decisión se toma cinco años después de la inauguración del equipamiento, y tras constatar que casi ninguno de los vendedores cumple con el reglamento horario aprobado en 2015. Esta modificación también busca hacer más atractiva la oferta en el mercado con el fin de ocuparse las paradas que todavía quedan vacías. La Empresa de Mercats plantea, según explican sus fuentes, unos horarios más flexibles, que permitan la conciliación familiar, tanto de los paradistas como de los clientes. Una de las propuestas más destacadas de esta nueva etapa podría ser la apertura del equipamiento hasta las diez de la noche, lo que beneficiaría, sobre todo, a los negocios de restauración, porque podrán servir cenas. Todas las propuestas están al aire, a la espera del dictamen de los propios vendedores, quienes decidirán el futuro del Mercat Central a través de una votación.

Que los paradistas no cumplen con el horario establecido en el reglamento es un hecho constatable desde hace mucho tiempo. La normativa de 2015 –que, por cierto, no recibió ninguna alegación– marcaba que todas las paradas tenían que estar abiertas al público de forma ininterrumpida, como mínimo, de nueve de la mañana a ocho de la tarde, de lunes a sábado. En 2017, la Comissió Negociadora de Venedors del Mercat Central acordó que el horario sería de 8.30 a 21 h, coincidiendo con el cierre del Mercadona. En estas circunstancias, los paradistas podían cerrar durante la franja del mediodía, y también el sábado por la tarde, siempre y cuando se garantizará el 60% de paradas abiertas del mismo sector. El objetivo era que siguiera la oferta de todo tipo de productos, aunque no estuvieran todas abiertas. Pero el asunto se fue suavizando y la realidad es que, actualmente, el sábado por la tarde el Mercat Central está prácticamente sin actividad. La llegada de la pandemia acabó de dar rienda suelta a las voluntades individuales de cada vendedor. «Los cambios en el contexto social y comercial actual han tenido mucho que ver, cosa que ha provocado que el horario actual ya no se adapte a las necesidades reales del equipamiento», explican fuentes de Espimsa.

Por todo ello, empresa y paradistas quieren buscar ahora una solución que permita adaptarse a la situación, y acabar así con el incumplimiento repetido. Así lo decidió en octubre del año pasado la Comissió Mixta, formada por representantes de los vendedores y de Espimsa.

En un primer momento, se acordó que fuera la empresa la encargada de liderar este cambio de reglamento horario. Los responsables de Espimsa presentaron una propuesta que abría la puerta a que, quien quisiera, de manera voluntaria, pudiera abrir de ocho a diez de la noche. La idea es apoyar a los establecimientos de restauración. Con este nuevo horario, podrían servir cenas. «El futuro de los mercados pasa por el acompañamiento de la degustación. No queremos un mercado de San Miguel, pero sí pensamos que estos espacios son un valor añadido en forma de experiencia», explican fuentes de la Empresa de Mercats, quienes añaden que «además, el nuevo horario voluntario puede servir como reclamo para llenar las paradas que todavía hay vacías».

Otro de los cambios del reglamento que presentaba la propuesta de Espimsa era que no fuera obligatoria la apertura de las paradas durante las tardes del sábado. Cabe recordar que este tema fue motivo de discusión entre los paradistas, y también entre paradistas y empresa. Las pescaderías, y otros colectivos, se negaron a abrir las tardes de sábado desde un primer momento.

Otra de los temas que está encima de la mesa es que abrir la parada de tres a cinco de la tarde sea voluntario. Esta medida beneficiaría a aquellas empresas que están formadas por una sola persona. De esta manera, podría ir a casa a comer y volver a su puesto de trabajo.

Consulta entre paradistas

La propuesta de Espimsa no acabó de conseguir el consenso necesario, lo que hizo que la empresa decidiera poner en marcha un proceso participativo, en el que los paradistas puedan decir la suya. Los dos requisitos que exige Espimsa a la hora de hacer las propuestas son, en primer lugar, cumplir con la ley catalana de comercio –que no permite trabajar más de 12 horas– y, la segunda, que deben respetar el reglamento del Mercat Central, de no abrir antes de las ocho de la mañana ni cerrar después de las diez de la noche.

«El objetivo es que el nuevo horario sea aceptado por la mayoría y, a aquellos que no les guste, también lo asuman por respeto al resto», opinan fuentes de Espimsa.

Los paradistas tenían tiempo para presentar sus propuestas hasta el pasado 20 de marzo. Este lunes se llevaron a cabo reuniones entre la empresa de Mercats y los paradistas, para dar a conocer las propuestas presentadas. Ahora nos encontramos en pleno período de reflexión y la votación tendrá lugar a principios de abril. Cada parada podrá emitir un solo voto y este será secreto.

Para que el resultado del proceso participativo sea vinculante será necesario que la propuesta más votada tenga el apoyo de al menos un 51% de los votos. Si es necesario se hará una segunda vuelta con dos opciones. «Sea cual sea el resultado, lo haremos cumplir de manera estricta y rigurosa», explican desde Espimsa.

Una vez se apruebe el resultado, este será ratificado por el Consell d’Administració, luego deberá proponerse una modificación del reglamento y, finalmente, la última decisión la tendrá el plenario municipal.

«Es un traje a medida»

«El problema del horario lo llevamos arrastrando desde el minuto cero. Era importante buscar una solución definitiva», explica Maria Virgili, una paradista del Mercat Central, quien añade que «lo que tenemos claro es que lo que se decida irá a misa. Deberemos cumplirlo todos, sin excepción».

Por su lado, la presidenta de la Associació de Concessionaris del Mercat Central, Montse Bertran, opina que «la solución tendrá en cuenta a grandes, medianos y pequeños», y que será una especie «de traje a medida, para que a todos nos vaya bien». Bertran destaca que un proceso participativo de estas características, para modificar un reglamento, «es un hecho sin precedentes en ningún otro mercado, y que busca tener un mercado completo», refiriéndose a que del equipamiento pueda ofrecer productos frescos y también restauración.