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Más ahogados que muertos en las carreteras este verano en Tarragona

Los fallecidos en las playas de la provincia superan (11) a las víctimas de accidentes de tráfico (ocho) desde junio y triplican la media. Influye el mal estado del mar y el cambio de corrientes

05 agosto 2023 20:58 | Actualizado a 06 agosto 2023 07:00
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Las playas provocan más víctimas que la carretera este verano en la Costa Daurada. Las cifras de ahogamientos, todo un récord negativo, superan a los muertos que dejan los accidentes de tráfico. Del 15 de junio al 1 de agosto, 11 personas en Tarragona han perdido la vida ahogadas, diez de ellas en las playas, una en piscina. Son datos de Protecció Civil.

En ese mismo intervalo de tiempo, ocho personas han fallecido por accidente de circulación, según el recuento del Servei Català de Trànsit en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. La comparación es clara. En la playa, los diez fallecidos de este año superan con creces los dos que hubo en 2022, al considerar de mediados de junio a inicios de agosto. La estadística de este verano fatal triplica la media de los últimos años.

De enero hasta inicios de agosto 24 personas han muerto en las carreteras tarraconenses. Los ahogados son casi la mitad (11)

Otra analogía ilustradora: los decesos por ahogamiento ya son casi la mitad (11) que las víctimas en la carretera (24) en lo que va de año. «Es un verano muy malo, llevamos unas cifras muy superiores a las de cualquier otro año, y nos queda aún prácticamente un mes y medio», admite sin paños menores Montse Font, jefa del servicio de gestión de emergencias de Protecció Civil y responsable de la campaña de playas.

En la provincia, lo ocurrido en la Platja del Miracle, en Tarragona, con tres muertes en apenas dos semanas, se lleva la palma, pero también ha habido sucesos este verano con fallecidos en lugares como Cambrils, Salou, Cunit, Creixell, Altafulla o Torredembarra.

Calor, mucho sol... y bandera roja

Hay un factor clave, una casuística que se repite en todas las playas y que se está dando este año a diferencia de otros: el estado del mar. «Lo que está sucediendo lo achacamos a la coincidencia de días de mucho calor y sol con mala mar, y con corrientes marinas. Es un contraste: jornadas de calor, como ha pasado siempre, pero después muchos días con banderas amarillas o incluso rojas», apunta Font.

«Es un verano muy malo, con unas cifras de ahogamientos superiores a las de cualquier otro año», admite Montse Font, jefa de gestión de emergencias de Protecció Civil

Manel Garcia, gerente de Altesport 2000 SL, una firma de servicios de salvamento y socorrismo presente en lugares como Cambrils, Roda de Berà o El Vendrell, explica que «el año pasado hubo un 80% de días con banderas verdes, fue un año muy tranquilo, mientras que en este verano está habiendo muy pocas verdes, la mayoría amarilla y algunos días roja, porque tenemos un mar en peores condiciones».

De ahí que, como indica Font, «no solo estamos teniendo al ahogado habitual, que es el mayor de 70 años, sino también a más jóvenes, que son los más valientes, los que se atreven a bañarse con bandera amarilla y pueden tener complicaciones luego por un exceso de confianza». El 30% de los ahogados en la provincia tenían 40 años o menos. «Normalmente, se vincula mala mar con días nublados, incluso con lluvia. Pero esta vez no, y eso hace que la gente se pueda confiar», aclara Font.

«Tenemos un mar en peores condiciones, con bandera amarilla la mayor parte de días y algunos roja», indica Manel Garcia, gerente de la empresa Altesport 2000 SL

De ahí que muchos bañistas se acaban viendo sorprendidos ante unas aguas que, por momentos, se vuelven bravas en algún punto o irrumpe una corriente traicionera. Esta misma semana, Aleix Font, coordinador de socorristas de Creu Roja en Tarragona, aludía a que «la variación en las presiones marítimas se ha vuelto habitual, lo que genera fuertes corrientes y un mar picado e inestable».

¿El cambio climático?

El origen de estas corrientes se desconoce, por el momento, pero podría estar ligado al calentamiento global del planeta. Font cree que es una posibilidad, aunque hacen falta estudios para corroborarlo: «El Mediterráneo tiene unas temperaturas por encima de lo habitual. En la otra punta del mar están habiendo unos incendios brutales. Podría ser que las temperaturas estuvieran cambiando el oleaje, es una hipótesis».

De ahí que un mar que, en principio, es tranquilo, pueda provocar sustos. «Normalmente el perfil del ahogado es nacional. En los días de más mala mar puedes encontrar más extranjeros como víctimas, no porque no sean conocedoras de las reglas de las banderas, sino porque tampoco se esperan que el mar se pueda girar de golpe, tampoco conocen la playa, no esperan que hay corrientes, o quizás es gente que viene de otros países que sí tienen olas más grandes pero no tanta corriente».

Uno de los debates abiertos es el caso omiso que pueden tener en algún momento dado algunos turistas a la hora de bañarse cuando está prohibido. «Puede haber un desconocimiento del medio natural. Por ejemplo, en el Cantábrico tenemos olas de ocho metros y aquí mucho menos, pero puedes entrar igualmente en una zona en la que el mar te puede arrastrar», indica Manel Garcia. En su empresa, admite que «estamos dentro de la normalidad en cuanto a actuaciones y rescates respecto a 2022» y hace alguna recomendación: «Lo principal es no alejarse de la costa y si lo haces, ir acompañado».

Al ahogado tipo de más de 70 años se añade el del joven sorprendido por fuertes corrientes

Otra cuestión abierta es de la necesidad de ampliar horarios de cobertura de la vigilancia. Que haya servicio de socorrismo activo es una seguridad, a pesar de que algunos de los fallecimientos no se han podido evitar en esas franjas. «Son garantías para que el servicio de rescate sea más rápido y efectivo. Una cosa es tener 19 ahogados y la otra es ver, por ejemplo, que se han hecho 200 rescates complicados, han salido bien y han salvado vidas», indica Font desde Protecció Civil. Manel Garcia reconoce que «el riesgo cero nunca existe pero se puede minimizar».

Desde Protecció Civil abogan por ajustar cada municipio sus necesidades a los servicios. «Uno de los problemas es que los ayuntamientos sacan los concursos en enero, y a veces a dos años vista, y en ese momento se hace difícil saber si tendrás un verano bueno o malo... Y cada verano puede ser distinto, con mucha gente en la playa o poca...» , indica Font. La responsable de Protecció Civil pide que «se ajusten al máximo las necesidades a la realidad de cada lugar, aunque al final es una cuestión presupuestaria, como lo ha hecho ahora Tarragona, con una contratación especial para ampliar el servicio». En el horizonte se presenta, además, otro reto derivado que abordar derivado del cambio climático. «En lugares como la Costa Daurada el verano dura ahora más que antes. Durante más meses en el año hará una temperatura que invite a bañarse. Quizás hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar las campañas, porque cada vez habrá más gente en las playas fuera de temporada, al menos durante los fines de semana», concluye Font.

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