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Cinco y media de la tarde y el parque del Carrer Ixart, inaugurado hace menos de un mes, sigue casi tan lleno como el primer día. «Es que en el centro tenemos muy pocos parques», explica Lidón, madre de un niño de dos años y medio que se empeña, con una pequeña pala de juguete, en arrancar unas piedrecitas del alcorque de un árbol. «El parque nos gusta mucho, pero echamos de menos que haya tierra o un arenero», comenta. Otras madres también agradecen el nuevo espacio «moderno y con sombra», pero nos hacen notar la cola que se ha montado para subir a los columpios. «Harían falta más», dice una de ellas.
En esta corta conversación aparecen algunos de los aspectos que más mencionaron los tarraconenses consultados para el proyecto ‘Espai públic, espai de joc. Què t’hi juegues?’, encargado por el Institut Municipal d’Educació, IMET, del Ayuntamiento de Tarragona para conocer dónde, cómo y a qué se juega en la ciudad.
El proyecto se pudo llevar a cabo el verano pasado gracias al trabajo de cuatro agentes cívicos del programa de ocupación Tarragona pel civisme. El primer paso fue identificar los sitios en los que juegan y comparten tiempo familias, niños y adolescentes. Identificaron y fotografiaron 87 zonas entre parques, jardines, plazas y calles.
Posteriormente realizaron una encuesta ‘in situ’ a 757 personas, 298 adultos (madres, padres, abuelos...), 247 niños de 6 a 11 años y 212 adolescentes de 12 a 15 años.
El fútbol manda
Entre las propuestas de mejora que recoge el estudio se cita que «los niños encuentran la necesidad de que en las zonas de juego haya más columpios, ya que tienen que hacer colas por la masificación. Además piden aparatos de escalada y rocódromo en las zonas de juego». Cuando se les pregunta cómo sería su parque ideal, lo que más valoran es tener juegos para diferentes edades (no solo para niños pequeños) y disponer de pistas deportivas y tirolinas.
Pero una cosa son los equipamientos y otra a lo que se juega cuando se sale al exterior, y aquí la respuesta más repetida es el fútbol, seguida por los juegos del parque. No obstante, curiosamente, cuando se les pregunta cuáles son sus juegos preferidos dicen primero que los juegos tradicionales, seguidos del fútbol y, a distancia, patinar o ir en bicicleta.
En la encuesta también se preguntaba por las actividades extraescolares (79% estaba apuntado a alguna) y, una vez más, el fútbol no solo era a la que había más niños inscritos, sino la que más les gustaría hacer.
Adolescentes, sitios para quedar
En el caso de los adolescentes, «estar con los amigos» es la principal respuesta cuando les preguntan para qué utilizan los espacios públicos, seguido de, una vez más, «jugar al fútbol». Este deporte también es la actividad que más practican los que hacen actividades extraescolares en esta franja de edad. Eso sí, hay que aclarar que en el caso de los adolescentes hubo más chicos (67,8%) que chicas entre los que estaban en espacios públicos y respondieron la encuesta.
A la pregunta de qué les gustaría encontrar en los espacios públicos, lo más nombrado fueron las pistas deportivas, seguido de fuentes, bancos e infraestructuras de juego.
Entre las propuestas de mejora citaron «ampliar la zona wifi de la ciudad y tener más skateparks». De hecho, consideran que tener wifi en los espacios públicos daría pie a hacer más uso de las zonas de juego y relacionarse en el exterior.
Familias: más limpieza y sombra
Los familiares que acompañaban a los niños la mayoría eran madres. Una de las cosas que encontraron los agentes cívicos fue que las familias prefieren sitios donde puedan jugar niños de diferentes edades en el mismo espacio o en espacios cercanos. Y no es tan importante la proximidad al lugar de residencia, sino ir al parque que se adecúe a las necesidades y gustos de los niños. En este sentido, se encontró que muchas familias iban expresamente al Parc del Francolí. Lo mismo pasaba con los adolescentes, aunque estos prefieren la zona del skatepark de ese parque.
No obstante, y aunque ese no era el objetivo del estudio, muchas de las familias aprovecharon la oportunidad para quejarse sobre la limpieza y el mantenimiento del mobiliario urbano.
Destacaban también el incivismo de los dueños de mascotas que no recogen los excrementos, así como la falta de sombra en los parques, especialmente en verano.
Apropiarse del espacio público
Manel Castaño, concejal de educación, explica que los resultados de este proyecto «nos ayudan a plantear qué hacemos como Ayuntamiento y como ciudad educadora, a pensar en las actividades que podemos programar o dar apoyo a las entidades que las organizan».
Valga recordar que una encuesta anterior realizada por el ayuntamiento como parte de la ‘Diagnosi sobre la situació de l’infància i l’adolescència’ arrojó que el 63% de los niños tarraconenses de 0 a 5 años jugaba cada día al aire libre, mientras que entre los 6 y los 11 años el porcentaje bajaba al 28%. En el caso de los adolescentes (12 a 18 años) ya solo lo hacía el 6%.
Explica Castaño que conseguir que los niños y adolescentes socialicen en el espacio público es una prioridad municipal, «que entiendan que el espacio público también es suyo».
Por su parte, Claudia Aznar, directora del IMET, apunta que jugar en los espacios públicos es clave para la salud física y emocional, especialmente después de la pandemia.
Adelanta, por otra parte, que los niños que conforman el Consell Municipal d’Infants (alumnos de 5º de primaria) también están haciendo su propio mapa sobre el ocio educativo en la ciudad y elaborando sus propuestas que presentarán el 15 de junio.
