Se habían cantado ya el primer premio, el segundo, un cuarto y tres quintos. Con el paso de los minutos, disminuían las posibilidades de que la provincia de Tarragona saliese salpicada con algún premio del esperado Sorteo de Navidad de la Lotería Nacional. La espera valió la pena. No fue lo de los últimos años, cuando grandes premios inundaron municipios tarraconenses, pero algo voló para la zona. Fue uno de los quintos premios.
Eran las 11.58 horas cuando los Niños de San Ildefonso cantaron el 38.454, el cuarto de los quintos premios que obsequiaba a los ganadores con 60.000 euros a la serie, 6.000 al décimo. 120 de las 180 series, o sea, dos terceras partes, las vendió una administración del barrio tarraconense de Sant Pere i Sant Pau. El resto, 30 para Nava (Asturias), 20 a Santurtzi (Vizcaya) y 10 más repartidas por todo el país. En total, 7,2 millones de euros se quedaron en territorio tarraconense.
Pocos décimos se vendieron en ventanilla en la administración La Fortuna, ubicada en el Bloque Sant Joan de SPiSP, ya que hasta 80 fueron a parar al bar Cal Rullo de L’Hospitalet de l’Infant y hasta 30 a la panadería Peña de Bonavista, en Tarragona, procedentes de la administración tarraconense.
Los trabajadores de dicha administración se mostraban exultantes, ya que «es un orgullo poder ayudar al barrio dando un premio como este».
Media hora después de cantarse el premio, todavía no habían llegado poseedores del décimo a la afortunada administración, aunque cerca de las 13 horas el ambiente se fue calentando. «Lo hemos vivido con nervios, ilusión y estamos muy felices por haber podido ayudar a tanta gente», esptetaba Carme Viladrich, una de las trabajadores de la administración del barrio cooperativista. No es novata esta administración a la hora de repartir grandes alegrías para el sorteo de Navidad, ya que «en alguna ocasión también hemos dado un quinto premio o, incluso, un segundo», recordaba.
Iván Lanzas, su compañero de ventanilla, se felicitaba porque «hemos vendido 30 series a un bar y 80 a una panadería que nos compran siempre, estamos muy satisfechos. Se llevaron la mayoría de décimos, pero también hay clientes de SPiSP que se han llevado su pellizco». «Ahora, toca dar otro premio en el sorteo del Niño», finalizaba Lanzas.
La panadería afortunada
Las 30 series que tocaron en Bonavista estuvieron muy repartidas por los vecinos. Así lo afirmaba Mari Carmen Peña Espinosa, su dueña. Le llaman Carmina en el barrio y era la gran heroína del lugar. «Llevo 30 años vendiendo el número, incluyendo los sorteos semanales. Estoy muy feliz porque en este barrio vive gente muy buena y trabajadora y hoy son felices», apuntaba una Carmina que, sin perder la sonrisa, detalló que «llevaba tres décimos, pero vendí uno a una señora que no tenía y el otro lo cambié, pero estoy muy contenta».
Series ha vendido la administración de loterías del barrio de Sant Pere i Sant Pau