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La nueva asociación empresarial ImpulsCatSud quiere reactivar la Regió del Coneixement, un ente público-privado para atraer inversiones al territorio y evitar la fuga de talento.
¿Por qué nace ImpulsCatSud?
Es una inquietud de un grupo de personas del mundo de la economía que vemos que esta región debe potenciar las relaciones internas y su cohesión para reforzar una serie de valores porque ahora no se saca todo el partido.
¿A qué potencialidades se refiere?
A posibles inversiones de empresas que pueden venir aquí, a la formación y captación de talento... Queremos que los jóvenes no se marchen, ya que las vacantes existen, como en el País Vasco. Todo viene a raíz del pacto nacional para la Regió del Coneixement. Pensamos que desde el mundo empresarial debía manifestarse el interés por este proyecto e impulsarlo.
La URV y la Diputació de Tarragona lo impulsaron hace años desde el ámbito público, pero no ha trascendido ningún avance.
Era un proyecto muy interesante, pero en su momento faltó un poco de complicidad entre administración, universidad, empresa y sociedad. Faltó implicación del mundo empresarial y, ahora, queremos colaborar con la Diputació y la universidad.
¿Han tenido contactos ya?
Sí, a través de la ponencia técnica de la Diputació. Ya nos han invitado a participar.
El proyecto había quedado olvidado...
La Covid influyó, no se podían hacer reuniones. Ahora se le quiere dar un nuevo impulso con la Càtedra de la URV.
¿Se han reunido ya con el nuevo rector?
Aún no, está previsto en breve.
¿El liderazgo del proyecto debe ser público o privado?
Hay diferentes modelos, como Tampere o Trentino, que son agencias públicas con una fuerte implicación del sector privado. En Trento la agencia la gestionan empresarios de renombre, pero tras la reunión con el director general de Universitats no nos parece que este sea el modelo de la Generalitat.
¿Qué calendario prevén?
La Generalitat quiere desplegar ya en 2023 las oficinas técnicas en Lleida, Girona, Tarragona y Barcelona. Debe trabajarse de forma coordinada con la universidad y las regiones para determinar los retos de cada zona y crear equipos de trabajo.
En 2018 se hablaba de dotar de más competencias en Recerca i Innovació a la provincia mediante las Diputaciones. ¿Están de acuerdo?
Ese era el modelo más cercano a Trento y Tampere, que ha funcionado. Lo importante es que vaya bien.
¿Sería una capa administrativa más?
Esperamos que no, pero igual determinadas partidas que ahora gestiona un departamento de la Generalitat podría gestionarla la agencia desde el territorio.
¿Qué objetivos ven viables a corto plazo?
Deben definirse, pero hay temas como las opciones alternativas a la energía nuclear y la industrialización del Ebre, con iniciativas como Kronospan o los coreanos. Sin olvidar las inversiones de LIDL en Constantí. Y buscamos también la fábrica de semiconductores que debe ir a Europa, con una inversión de 20.000 millones con ayudas Next Generation.
¿Tarragona es un polo interesante para invertir?
Sí. Y por esto nuestra asociación quiere estar encima de todas las oportunidades que haya y ayudar a que las administraciones lo pongan fácil.
¿Hay demasiada burocracia?
Hay una preocupación importante en el ámbito empresarial sobre esto. La burocracia, las licencias y las tramitaciones urbanísticas son puntos a mejorar. Hay zonas donde es más ágil.
¿Por qué no se saca todo el potencial que tiene el territorio?
A veces nos dedicamos a competir cuando deberíamos trabajar más como territorio y en conjunto.
Sin batallas de campanario
Sí. Por ejemplo, nos hemos puesto de acuerdo con la estación intermodal...
Habla de inversiones a atraer, pero las empresas que ya están lamentan la falta de ejecución en las infraestructuras.
Es preocupante. El próximo año nos gustaría organizar jornadas sobre energía, el talento y las infraestructuras para crear una mesa de trabajo sobre inversiones.
¿Es suficiente la química y el turismo para este territorio?
Debemos ir a buscar alternativas sin despreciar nada. Al contrario, debemos potenciar estos dos motores, que funcionan. Pero no podemos vivir solo de los servicios. Por ejemplo, tenemos mucho suelo industrial, igual la logística puede ser un buen recurso. También debemos apostar por las renovables, vamos retrasados respecto a territorios como Aragón o Galicia. El problema es que todo el mundo apuesta por estas energías, pero nadie las quiere al lado de casa.
Todo esto, sin embargo, en un contexto de inflación de casi el 10% y con los costes por las nubes.
Más que nunca debemos ser conscientes de que debemos ser autónomos a nivel energético y tener autosuficiencia. Debemos reforzar los territorios y ponerlos en valor.
