Otra capa de pintura a la Pilons Parade

Y por fin, tres años después de la última edición, ayer por la mañana volvió la ya tradicional Pilons Parade en el corazón de la Part Alta. Decenas de vecinos, familias y artistas –incluso algunos turistas- se atrevieron a tomar un bote de pintura y decoraron las 42 pilonas que hacen del carrer Comte uno de los más apreciados por tarraconenses y foráneos. La música, la barra de bar y las guirnaldas, indispensables en cualquier fiesta que se precie, hicieron de la Pilons Parade un gran evento que se recupera después de la pandemia.

A primera hora del sábado, mientras la Associació de Veïns del carrer Comte todavía está con los preparativos –pinturas, cartones, el escenario, el bar, la decoración- los primeros participantes llegan puntuales para no quedarse sin pilona. «Unos amigos me recomendaron venir muy temprano y aquí me tienen, guardando sitio para mi familia», explica Ramon Uribe, el más madrugador, que ya tiene pensado un diseño relacionado con el cambio climático. La verdad es que no hacía falta llegar tan temprano porque este año los participantes parece que llegan a su tiempo, a lo largo de la mañana: «No sabíamos cuál sería la respuesta, pero la valoración es muy positiva porque cada año hay más familias en el barrio y más niños pintando», apunta Enric Prades, presidente de la Associació de Veïns del Carrer Comte, en medio del jaleo habitual de críos, pintura y vermús.

Para Levon y su padre es la segunda Pilons Parade, por eso quieren hacer su interpretación personal del famoso cuadro mironiano “El naixement del dia”. «Para nosotros es muy divertido y venimos a pasar la mañana, queremos dejar una marca que la gente pueda disfrutar», comenta Levon que, además, está poco preocupado por el resultado de la votación de la tarde. Las normas dicen que la pilona con más votos será la que indultarán de cara al año que viene, de modo que vivirá más que sus vecinas callejeras. Al lado de Levon, rodeado de pintores aficionados y voluntariosos, Miguel Ángel Balchón es de los pocos artistas profesionales que ha venido a jugar: «No quiero pintar mi pilona, quiero darle textura», apunta antes de empezar. Si a partir de hoy vais a visitar el carrer Comte, descubriréis con facilidad su pilona: la única que luce vestida de hilo y alambres.

Las entidades se apoderan por completo del sector norte de la calle porque traen más gente, sobretodo los Xiquets de Tarragona, la Colla Jove y la Mulasseta, que decora dos pilonas para celebrar su vigésimo aniversario. La Germandat del Sant Ecce-Homo es la primera vez que participa y para ellos es «una manera de llegar a la ciudad y de visualizar la Semana Santa todo el año».

«Revitalizamos el barrio y atraemos a los turistas», dice el presidente de la Associcació de Veïns, en medio de este acto popular y atractivo. Los diseños se van conformando a lo largo de la mañana, entre ideas más o menos ingeniosas para secar la pintura más rápidamente, y antes de las dos de la tarde todas las pilonas están decoradas y preparadas para ser, de nuevo, el fondo de pantalla de muchos turistas.