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Los niños no esperan a llegar a la escuela para comenzar su aprendizaje; aprenden todo el tiempo, también desde que salen por la puerta de casa, así que la ciudad está obligada a tomar conciencia de su papel educador.
Esta ha sido, a grosso modo, una de las reflexiones que ha surgidp durante la sesión inaugural de inicio del curso 2022-2023, organizada por el Institut Municipal d’Educació.
Más allá de las escuelas
Dos piezas interpretadas por la Escola Municipal de Música han dado la bienvenida al acto en el que el Director de los Serveis Territorials d’Educació, Joan Manel Audí, ha señalado que Tarragona es un ejemplo de ciudad con vocación de «educación 360º más allá de las puertas de los centros educativos» y ha llamado a «estar atentos al paisaje que rodea a nuestros jóvenes».
El concejal de educación, Manel Castaño, ha recordado que el inicio de curso marca un punto de inflexión para los ritmos de la ciudad. Apunta, además, que «tenemos por delante un nuevo POUM y estamos trabajando para incorporar la perspectiva educativa, que se hace más necesaria que nunca».
La ponencia inaugural ha estado a cargo de la arquitecta especializada en espacios educativos Mariona Genís. Genís fue una de las coordinadoras del grupo de expertos que diseñó la nueva guía para el diseño de espacios de enseñanza en Catalunya.
La arquitecta ha recreado un paseo imaginario desde el camino a la escuela hasta dentro del aula misma. Entre las ideas que asomó está el hecho de que los edificios educativos deben ser pensados a partir de la manera de aprender de cada escuela y no al revés.
En sentido inverso, señala, las escuelas también deben estar abiertas a las ciudades y ha abogado por renaturalizar los patios ya que forman parte de los pocos espacios verdes que hay en las ciudades. La sesión ha terminado con un coloquio con miembros de la comunidad educativa.
