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Tres horas de excursión entre Constantí y Tarragona sirvieron ayer por la mañana para conmemorar la procesión que, con el mismo origen y destino, acompañó el Braç de Santa Tecla hasta la Catedral de la ciudad en el año 1321. Así, alrededor de 200 vecinos de ambos municipios participaron en una de las primeras actividades del proyecto Santa Tecla 700, una edición especial de la fiesta mayor tarraconense para celebrar los siete siglos de la llegada de la reliquia de la patrona.
Tras salir pasadas las 10 horas de Constantí, los caminantes llegaron sobre las 13.15 horas al Pla de la Seu, en una comitiva capitaneada por tres carros tirados por burros. Uno de los participantes en la excursión fue Salvador Fa, comisario del proyecto Santa Tecla 700. Explicaba que «hace 700 años la sede del arzobispo era el castillo de Constantí y en él se guardó la reliquia de Santa Tecla antes de que se llevara a Tarragona». Para recrear la procesión con mayor precisión en cuanto a los participantes, estuvieron también presentes en la excursión las autoridades políticas de ambos municipios, el Gremi de Marejants y el Gremi de Pagesos. Fa señaló que «la actividad ha ido muy bien y mucha gente nos ha preguntado si lo repetiremos en los próximos años, pero pese a que no está previsto se estudiará». También la puerta abierta a celebrar la caminata periodicamente, pero no de manera anual.
Tras una foto grupal, los participantes entraron a la Catedral, donde les recibió Antoni Pérez de Mendiguren, decano del Capítulo de la Catedral. Aseguró esperar con ganas la procesión con el Braç de Santa Tecla del próximo sábado por las calles de Constantí. Por su parte, el alcalde del municipio, Óscar Sánchez, celebró que «hemos hecho historia rememorando la procesión de 1321», y agradeció a todas aquellas personas que han formado parte de la organización. Tras sus palabras, obsequió con una placa conmemorativa de la actividad al alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, a los representantes del Gremi de Marejants y del Gremi de Pagesos, y al Capítulo de la Catedral.
Por su parte, Ricomà destacó que «Santa Tecla para nosotros es una fiesta muy emotiva, y cuando hay una patrona que tiene 700 de pervivencia es porque hay mucha gente que la quiere». Puso en valor también que todavía existan entidades como ambos gremios que ya participaron en la llegada de la reliquia. Finalmente, aseguró que «si el Braç estuvo un tiempo en Constantí es porque en ningún otro sitio podía estar mejor».
La jornada continuó con una comida de los participantes en el Seminari Pontifici y terminó por la tarde con una visita a la Catedral, a la Capella de Santa Tecla la Vella y al Museu Bíblic Tarraconense.
