Un curso preparará a los hombres tarraconenses para la paternidad

La sanidad pública pone en marcha en la ciudad los grupos de padres donde los hombres resuelven dudas sobre el embarazo y la crianza y, sobre todo, comparten sus emociones 

23 julio 2018 18:59 | Actualizado a 24 julio 2018 11:57
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Kai Mercadé cumplirá hoy 26 días de nacido y, para empezar en la vida, ya ha roto con dos tópicos. El primero es que en lugar del  llevar el apellido de su padre lleva el su madre, Esther, y el segundo es que sus progenitores no sólo han hecho el tradicional curso de preparación al parto, sino que Eloi, su padre, ha hecho un taller junto a otros hombres para prepararse expresamente para su llegada al mundo.

Y es que Eloi ha sido uno de los participantes en el primer «Grupo de padres: por una paternidad responsable» que se celebró en la ciudad. A partir del mes de octubre, y visto el éxito del grupo piloto, se ofrecerá a los futuros padres del ASSIR (Atenció a la salut sexual i reproductiva) de Tarragona que gestiona el Institut Català de la Salut. 

Los grupos son dirigidos por La llevadora del ASSIR, Cristina Rebollo y el psicopedagogo del Ayuntamiento de Tarragona, Joan Torralba, y se irán programando en función de la demanda. 

Complicidad máxima

Nada más llegar a la entrevista queda claro que no se trata de un taller al uso. Basta ver cómo se saludan Eloi y Miguel, otro de los padres participantes, con el pequeño Héctor en brazos (hoy hará 14 días de nacido) para entender que en aquel grupo compartieron algo más que técnicas para aprender a cambiar los pañales

Eloi cuenta que cuando le contaron que existía el curso le interesó porque considera que la sociedad deja a los padres como meros espectadores durante el proceso del embarazo, el parto, la lactancia, la crianza... «te quedas como en la barrera». Recuerda, por ejemplo, haber asistido a una feria que se llamaba ‘Mamás y bebés’ «¿y los padres?», pregunta.

Relata que pocas veces se tiene en cuenta que los hombres también se enfrentan a un montón de miedos y emociones resumidos en un «¿Y ahora qué?», que no siempre son fáciles de compartir con otros. «Y resulta que a mí me va a cambiar la vida también... No quiero ser sólo la hucha que trae el dinero, quiero estar a todo y en todo lo que pueda. De hecho Esther ha compartido con él dos semanas de su baja, para que Eloi pueda estar más tiempo con el bebé.

Lo que más valoró Eloi de las sesiones «no es lo que aprendes sino lo que compartes». Por eso una de las normas clave de la actividad es que: lo que pasa en el grupo se queda en el grupo.

Miguel, por su parte, resume el espíritu del grupo «no es una academia para aprender a ser papá», sino para estar con otras personas a quienes les pasa lo mismo. «A veces necesitas a alguien que te diga que lo vas a hacer bien, porque yo no quiero ayudar, yo quiero estar allí». Además, asegura, hubo aspectos que les resultaron muy prácticos, como las recomendaciones para hacer el papeleo.

Miedos y expectativas

Cristina Rebollo, llevadora, explica que en el curso se habla del rol masculino, la sexualidad, la conciliación y organización del tiempo, así como aspectos prácticos.

Tanto Rebollo como el psicopedagogo Joan Torralba se han estado preparando durante meses viendo la experiencia de otros grupos de Barcelona donde la actividad ya se desarrolla desde hace algunos años. 

Justo Torralba explica que cada sesión (en total serán seis) es distinta porque depende de la dinámica del grupo. Rebollo cuenta, por ejemplo, que una de las actividades que hacen es escribir sus miedos y expectativas en un papel y luego colocarlos en una caja. Luego se va saliendo por turnos a leerlas. Miguel y Eloi reconocen que se sintieron muy identificados «siempre hay alguien que dice lo que tú no te atrevías a contar».

Pero hasta aquí podemos rascar sobre lo que se hace en el grupo, por aquello del secreto. De hecho Esther y Judith, las madres, de los bebés dan fe de que sus maridos cumplieron. Ambas cuentan que estuvieron muy contentas de ver lo motivados que salieron del taller. Ahora que los niños ya han nacido, valoran poder compartir la crianza tan de cerca.

La coordinadora del ASSIR de Tarragona, Gemma March, no puede evitar emocionarse escuchando hablar a los padres. «Ya era hora de que los padres se manifestaran discriminados» explica, para luego reconocer que unidades como en la que trabaja están organizadas para atender a las mujeres mientras que a los hombres en las consultas ni se les ve.

Señala Marh que la «paternidad consciente y responsable es aquella que tiene una participación activa del padre en el cuidado y la crianza diaria de los hijos, que corresponsabiliza a los padres en las tareas domésticas, en la que los padres tienen una relación de proximidad y disponibilidad emocional, de comunicación asertiva...»

Por lo pronto Kai y Héctor parten con ventaja porque sus padres ven la paternidad de otra manera.

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