Usuarios de BTT alertan en la red de la presencia de trampas en los bosques de TGN

Un vecino de Torreforta estuvo a punto de enredarse en una cuerda colocada adrede a la altura de los pedales

19 mayo 2017 22:37 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:57
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Con el buen tiempo instalado en la provincia, el número de usuarios que frecuenta las zonas boscosas aumenta exponencialmente. Ciclistas, runners, paseantes, excursiones escolares a la naturaleza, buscadores de espárragos u hierbas aromáticas... Todos ellos utilizan senderos ya marcados o que crean a medida de su constancia. Y ello no agrada a algunos de los propietarios de esas zonas boscosas o de fincas cercanas que prefiere la tranquilidad del bosque a la presencia continua de personas.

Este odio o malicia –sin entrar a discutir quién tiene razón entre usuarios del bosque y propietarios– se traduce muchas veces en un riesgo para la salud y que en otros puntos de España se ha terminado en una paraplejia o en una cicatriz en la piel de ingrato recuerdo.

Hace dos semanas, Sergio, un vecino de Torreforta, disfrutaba de su mountan bike. «Hago mucho deporte toda la semana. Me gusta correr y salir en bici. Recuerdo que era viernes por la tarde y en uno de los senderos que hay marcados cerca de la urbanización Rodolat del Moro me encontré con una cuerda tensada entre dos árboles», explica este vecino de Torreforta.

Sergio estuvo de suerte. La bajada donde se encontraba la cuerda está muy concurrida. Días antes, por citar un ejemplo, había formado parte del recorrido de una competición de BTT. «La hice de subida, en sentido contrario, y por ello puede ver a tiempo la cuerda. Rápidamente hice fotos y la desaté. No quiero ni pensar si alguien se engancha con velocidad», explica.

De hecho, el tarraconense comprobó que la cuerda no estaba tensada del todo, permitía que la rueda delantera la pisara, pero rápidamente la trampa volvía a la altura de los pedales, con el riesgo de que se quedara enganchada en el cuadro y provocara una caída frontal del ciclista ‘atrapado’.

Aviso por las redes

Sergio hizo varias fotos y las colgó en su perfil de Facebook. «Somos una cuadrilla que compartimos este deporte y lo primero quie pensé es en avisar de que había encontrado una trampa». Su aviso, de momento, no ha originado que se encontraran otras trampas, pero ante el episodio de clavos que hubo en el entorno de Mas d’Enric hace un par de años toda precaución y aviso es más que positivo.

«No sabría decir quién ha puesto la cuerda, pero parece que tenía intención de que alguien se cayera», concluye.

Algunas de las asociaciones de BTT en la ciudad han declinado opinar sobre este último suceso. Prefieren centrarse en las posibilidades que ofrece este deporte que va en aumento y rechazan entrar a valorar o iniciar una ‘guerra’ sobre quién ha puesto las trampas en el bosque y con qué finalidad.

El Diari ha preguntado a la Guàrdia Urbana, a la Guardia Civil y a los Mossos d’Esquadra si en sus respectivas unidades rurales se habían encontrado trampas o bien habían recibido quejas. Los tres cuerpos de seguridad admiten que no tienen constancia de denuncias ni quejas en este sentido. Por otra parte, las mismas fuentes animan a los usuarios que frecuentan los bosques aque denuncien y hagan constar estas posibles trampas para que queden registradas y se actúe si es necesario.

De momento, nadie se ha hecho daño desde que hace dos años. En aquella ocasión, un alumno de bachillerato de 16 años de edad notó un dolor en la planta del pie al caminar por un sendero de Mas d’Enric en una excursión del instituto. Al quitarse el calcetín, vio la herida sangrante y fue llevado al médico. Para que se curara estuvo unos días yendo con muletas a clase.

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