A contracorriente, el turista ecológico

27 noviembre 2018 08:16 | Actualizado a 27 noviembre 2018 08:17
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Existe y se propaga el concepto de turista medioambiental y ecológico que, al contrario de lo que pudiera parecer por el nombre, no es aquel que visita lugares con especial interés por su naturaleza, fauna y flora, por estar bien conservado o mantenerse virgen ajeno a la invasión humana.

Este turista va a los lugares con una misión, con el objetivo de ser útil, de reivindicar, de servir de apoyo a una causa o de ponerse a trabajar limpiando una playa donde se ha realizado un vertido, apagar un fuego, o limpiar de matorral un bosque para evitar futuros incendios.

El turista ecológico elige ubicaciones que necesitan ayuda en el ámbito de lo natural, su trabajo es también su diversión, pues se llena de alegría cada vez que deja el lugar que visita mejor de como lo encontró al llegar, trabaja y disfruta con ello volviendo el entorno a un estado más natural, más limpio y mejor conservado.

Tampoco se limita al campo, al bosque, a la montaña o al mar en sus actuaciones, si puede ir y conseguir con manifestaciones que se proteja un determinado lugar o que se prohíba la caza del lobo, también irá.

Es un soldado de la naturaleza que de forma pacífica usa su tiempo de descanso para reivindicar una mejor calidad de vida para animales y plantas y, por tanto, para las personas.

Cada vez que sale de vacaciones elige el destino donde puede ser más útil, se prepara con la equipación más adecuada para el trabajo aquí, y disfruta mejorando el entorno al tiempo que lo descubre.

Independientemente del lugar de destino, aunque no vaya directamente a un lugar que requiera acción, si solo va acompañado con la familia a una playa o a un monte cercano, nunca dejará de actuar en consecuencia a lo que su ética ecológica le dicta, y aprovechará el momento para limpiar de plásticos la zona o mejorar de algún modo el hábitat de la fauna que vive por el entorno.

Cómo debe actuar un turista ecológico

El turista ecológico debe tener como base un gran amor y respeto por la naturaleza, debe ser observador y pensar, dentro de lo posible, como piensa la propia madre Tierra, qué es lo que necesita y qué le sobra, y siempre que sea posible acceder a sus deseos. Su comportamiento está supeditado al bienestar y mejora del medioambiente y siempre actuará en consecuencia.

Lógicamente utilizará la lógica ecológica de las tres R,s: Reducir, Reutilizar y Reciclar, e intentará que esta forma de actuar la conozca y la comparta el mayor número de gente, extendiendo este conocimiento allá donde vaya.

Incluso para llegar a los lugares de actuación ya debe actuar de forma verde, ya sea conduciendo de forma eficiente, utilizando siempre que se pueda el transporte público o, mejor aún, caminando o utilizando la bicicleta.

Optimizará el consumo de agua, cerrando bien los grifos cuando no se estén usando, se enjabonará con productos que certifiquen su calidad medioambiental, que sean biodegradables, en general cualquier producto de higiene personal deberá seguir procesos de producción respetuosos con el medioambiente y utilizar para su fabricación productos naturales.

En cuanto a la energía actuará del mismo modo, asegurándose siempre de que todos los dispositivos y luces que no tengan en ese momento una función estén apagados y desenchufados. Igualmente, no se debe abusar de la climatización artificial, mejor llevar más ropa. Siempre que pueda elegir, usará los equipos e instalaciones que se provean de energías alternativas, como la solar, le eólica y la hidráulica.

Siempre se han de usar las papeleras allá donde se vaya y si no las hubiera o estas estuvieran llenas utilizará sus propias bolsas de plástico para colocarlas en lugares accesibles y cerca del centro de recogida de basuras del lugar. Procurará siempre limitar el uso de plásticos de un solo uso y de papel de aluminio. Solo tirará los materiales más contaminantes (pilas, pinturas, medicamentos…) en los lugares apropiado para ello. En definitiva, su lema será dejar siempre el sitio del que ha disfrutado más limpio que antes de su llegada como regla fundamental.

La naturaleza no necesita ruidos, así que el turista ecológico disminuirá siempre que pueda su propia voz cuando se encuentre en entornos naturales, sobre todo no llevará música ni pegará voces innecesarias. En cambio, respetará el sonido del bosque, de la montaña e incluso del mar. Como cabe suponer, es igual de importante no contaminar ningún entorno.

En relación al consumo, hay que mirar siempre apoyar la agricultura ecológica, respetando el entrono rural, y fomentando el consumo local. Si estamos en una gran ciudad, se observará que el producto lleve la ecoetiqueta de la unión europea que señala que se trata de productos ecológicos. Los envases deberán llevar la etiqueta de material reciclable. Fundamentalmente, el turista ecológico compra artesanía del lugar que visita y se alimenta de los productos naturales que se producen en la zona.

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