Baños árabes: relajación y placer para los sentidos

30 julio 2019 07:40 | Actualizado a 30 julio 2019 11:23
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También conocido como hammam (baño en árabe), se ha practicado desde la Edad Media, es un ritual convertido en tradición árabe y que hoy en día puede disfrutarse en muchos países.  El elemento principal es el agua, ya que tiene un gran significado en el mundo árabe: pureza y sabiduría profunda.

Los baños árabes han reaparecido con fuerza por ser un centro especial para la relajación tan necesaria en estos días de constante estrés. Tiene diversos tratamientos, entre los que se destacan las salas con un contraste de temperaturas: la sala fría, la templada y la caliente.

¿Cómo es el ritual en estos baños?

Esta tradición árabe que ayuda a limpiar cuerpo y mente se puede practicar en varios países, entre estos se encuentra nuestro país, y principalmente se da en Andalucía. Los Baños Arabes de Córdoba proporcionan una sensación de paz y tranquilidad, ayudando a renovar y a relajar, de manera que al salir de allí se salga sin ningún estrés.

El procedimiento a seguir tiene varias fases, lo primero es ponerse ropa cómoda como un bañador o un bikini, para luego proceder a realizar el ritual de pasar por cada una de las piscinas de diferentes temperaturas.

Piscina templada

En esta  piscina la temperatura del agua se acerca más a la corporal, allí empiezan las charlas y a relajar el cuerpo dentro del agua. Se puede estar todo el tiempo que sea necesario hasta lograr que el cuerpo se adapte a la temperatura, mientras se disfruta del momento.

Piscina caliente

Después de atemperar el cuerpo se pasa al agua caliente, puede notarse el cambio de temperatura pero es una sensación agradable. Aquí es cuando las venas y arterias se dilatan y como consecuencia se empieza a sudar, lo cual quiere decir que la circulación se está activando a la vez que elimina toxinas. Se recomienda no estar más de diez minutos sumergidos en esta piscina.

Piscina fría

Al salir de la piscina caliente, hay que tener el valor de sumergirse en la fría, ya que va a ser un contraste intenso, pero bien vale la pena. El choque térmico ayuda a mantener una piel brillante, un mejor estado de ánimo y cierra los poros ya limpios en la fase anterior.

Algunos beneficios que hacen la vida más placentera

Al estimular los tejidos con baños a diferentes temperaturas, hay una mayor oxigenación, por lo tanto retarda el proceso de envejecimiento de la piel. También dilata los poros, produciendo una mayor transpiración, lo que hace que se elimine impurezas, y en consecuencia se obtenga una piel más suave y lisa.

Para las vías respiratorias es excelente, ya que las humedece y hace que se despejen, lo cual favorece a aliviar enfermedades que se producen por esa vía, como resfriados, bronquitis, sinusitis, tos, entre otras. Así como también incrementa en intercambio de oxígeno entre el sistema bronquial y los pulmones.

Los baños árabes pueden llegar a aliviar los dolores menstruales e incluso colaborar con la limpieza de los genitales gracias al calor. También ayuda a la secreción del flujo vaginal.

Debido a la sudoración que producen estos baños, se debe acompañar de la ingesta de mucho líquido para tener una mejor filtración renal y así ayudar en el proceso de reducción de peso corporal.

¿Qué hacer antes y después de un baño árabe?

Antes

* Si se ha practicado algún deporte lo aconsejable es descansar entre 15 y 30 minutos, de esta manera la temperatura corporal desciende, lo que evita que se produzca un golpe de calor en el cuerpo.

* Se debe comer de manera moderada: ni entrar con el estómago vacío ni mucho menos lleno. En caso de haber comido, reposar por lo menos una hora.

* Consumir suficiente líquido antes de entrar, ya que el cuerpo va a ser sometido a una deshidratación moderada.

* Ducharse con agua templada antes de entrar para adaptar la temperatura del cuerpo.

Después

* Una vez que termina el ritual y toca salir del baño, es mejor permanecer un tiempo relativamente corto fuera para poder enfriar las vías respiratorias.

* Luego darse una ducha con agua fría, pero comenzando por las extremidades y poco a poco llevar el chorro hasta el centro del cuerpo.

* También para recuperar las sales minerales perdidas por la gran sudoración a la cual fue sometido el cuerpo, es recomendable beber una bebida isotónica o agua.

* Lo más aconsejable es realizar una o dos sesiones semanales.

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