Consejos para elegir el mejor transportín para tu perro este verano

19 junio 2017 09:16 | Actualizado a 17 noviembre 2017 17:04
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Con la llegada del buen tiempo asomando todo el mundo tiene ya puesta su mente en las próximas vacaciones de verano, esas que se esperan todo el año por saberse que, además de contar con unos días de descanso, se podrá gozar de una temperatura agradable. Quienes tienen mascotas saben muy bien que cuando se planifica un viaje de este tipo siempre hay que tener en cuenta cómo hacerles la vida más fácil a ellos, pues también son unos miembros importantes de la familia. La forma en la que se les transporta (con transportines para perros o jaulas para perros), los cuidados que reciben durante el viaje, el prestar atención a pequeños detalles (como el hecho de portar consigo su juguete preferido) y llevar a cabo las paradas necesarias para que puedan ir al baño, comer y beber, harán que estén más tranquilos y, por supuesto, que el trayecto les resulte más ameno. En esta ocasión nos hemos querido centrar en los transportines para perros y en cómo saber escoger el más apropiado para cada uno de ellos. He aquí los consejos prácticos.

Aquí el tamaño sí que importa. Hay que tener en cuenta, por supuesto, que el transportin que se elija pueda ser, más o menos, manejable y que pueda llevarse en el vehículo de que se disponga, pero lo más importante es tener en cuenta el tamaño del animal en sí y dejarle el margen suficiente para que se sienta lo más cómodo posible. Es lógico pensar que no se requerirá el mismo transportín para un perro que pese apenas 6 kilos que para uno que pese 55 kilos y que tenga un volumen mucho más considerable. Antes de echar un vistazo a toda la oferta que hay disponible en este sector hay que tomarse un momento para medir y pesar al perro que vaya a ir en él. Una vez que se haya hecho esto hay que tener en cuenta que, lo ideal, es que el perro pueda ponerse en pie para poder estirarse de vez en cuando (sobre todo en los trayectos más largos es algo que agradecerá) Por supuesto, la anchura también tiene que ser la suficiente como para poder viajar a gusto e ir tumbado sin notarse aprisionado. Si queda alguna duda, por el motivo que sea, sobre las dimensiones más aconsejables para el can en cuestión, lo mejor es consultar a un veterinario y pasar, después, a elegir entre los diferentes modelos.

El uso que se le vaya a dar. Este aspecto también conviene tenerlo en cuenta. Si sólo se va a usar para trasladar al perro, de manera puntual, a sus citas con el veterinario en realidad no hay mucho más de qué preocuparse salvo el punto anterior. Y, cada cual, puede escoger el que más le interese (los hay que son más mullidos, con diferentes estampados, formas, colores...) Pero si los viajes que se van a llevar a cabo (y para lo que se pretende usar el transportín) van a ser más largos y, sobre todo, se va a depender de aerolíneas o trenes hay que atender siempre a las normativas vigentes con las que ellos cuenten. Por norma general, en estos últimos casos es mucho más aconsejable optar por un transportín rígido. Los viajes que se vayan a llevar por carretera y durante bastante horas suelen ser mejores con una jaula para perros por el sencillo motivo de que permiten que la estancia esté más ventilada y así el perro no se sentirá agobiado, en ningún momento, por el calor.

Saber elegir el modelo. Con lo anterior llegamos al siguiente paso que es el de escoger entre todos los modelos que hay dentro del tipo de transportín que hayamos elegido como el mejor (rígido, mullido, tipo jaula...) Algunos incorporan ruedas, otros llevan algunas rejillas en la parte superior o en los lados que siempre vienen bien para ventilar, los hay que cuentan con todo tipo de diseños llamativos y los que vienen en formato bolso y que están muy aconsejados para trayectos cortos y para perros pequeños.

Por último, aunque no por ello menos importante, una vez que se haya elegido el transportín que se considere más adecuado teniendo en cuenta los consejos anteriores lo que hay que hacer es que éste le resulte agradable al perro todo lo posible. Como comentábamos al principio, no está de más que dentro le dejemos algún que otro juguete o que lleve una manta en la parte inferior para no estar en contacto directo con el plástico. Todas estas cosas hará que el can, que no querrá entrar de primeras en el transportín, pierda el miedo y hasta se acostumbre a él, viéndolo como algo normal siempre que viaja con sus dueños. Respecto a esto último aclarar que hay algunas personas que emplean sus transportines como una zona donde pueden descansar sus perros en su día a día normal. De esta manera lo que consiguen es que no siempre lo relacionen a cosas negativas, como puede ser ir al veterinario y cueste menos que accedan a entrar en él.

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