Economía verde, un sector de oportunidades

La energía verde se debería ver como un sector lleno de oportunidades económicas, tanto para emprendedores que quieran montar su propio negocio como para quienes buscan empleo. Así lo señalaban, entre otros, el portal Infoempleo ya en 2009, a través de un artículo del Section Manager de Hays, Gustavo Pina. Aseguraba que los puestos intermedios con alto nivel de especialización y buen conocimiento de la ley en materia energética eran muy demandados. Las energías renovables eran (y son) un nicho de desarrollo laboral.

Lo cierto es que promover el uso de este tipo de energía y hacer pedagogía con sus posibles formas de explotación debería tomarse como un imperativo. Más aún cuando se sabe que España no va a cumplir con los objetivos europeos en materia de energía verde y eficiencia energética marcados para 2020.

Y es que, para entonces, habría que emitir un 20% menos de CO2, ser un 20% más eficientes y conseguir que el mix energético procediera, al menos en un 20%, de energías renovables. Sin embargo, entre otros datos, llama la atención que el 90% de los edificios no fueran eficientes, como apuntaba el estudio Certicalia de la Fundación para la Eficiencia Energética, o que 6 de cada 10 calefacciones en nuestro país fueran igualmente ineficientes el año pasado, según la la Comisión Europeo.

Los expertos insisten en que las políticas deberían estar bien enfocadas a una materia que, además, sería un revulsivo para un país que ha sido (y aún es) muy castigado por el desempleo.

La energía solar, mucho por explotar

De paneles solares, de energía solar en Mallorca y de todo lo que tiene que ver con energía solar fotovoltaica saben mucho en Comercial Mascaró, que explica que existen dos tipos de aplicaciones de la energía solar fotovoltaica: por un lado, las instalaciones aisladas de la red eléctrica; por el otro, las centrales de generación conectadas a la red.

Así, los sistemas aislados permiten disponer de electricidad incluso en aquellos lugares que se encuentran alejados de la red de distribución convencional, desde casas de campo a refugios en la montaña. Son sistemas que se componen, básicamente, de paneles solares fotovoltaicos y baterías para almacenamiento, además de un inversor para la transformación, un regulador de carga…

El modelo más desarrollado en España, sin embargo, es lo que se conoce como huerto solar, consistente en la agrupación de varias instalaciones de propietarios diferentes en suelo rústico. La potencia que tienen está en el umbral de lo permitido por la legislación para la venta de energía, 100 kw.

La Agencia Internacional de las Energías Renovables, IRENA, publicó en su momento un documento que resaltaba la importancia de este tipo de energía desde el prisma de los puestos de trabajo que crea y podría crear a nivel mundial. Y se considera que la energía solar fotovoltaica y la eólica son muy dinámicas.

Rehabilitación, más que construcción

La apuesta por el ladrillo que ha mantenido el país durante muchos años, vistos los resultados, estaba sobredimensionada. Las personas no dejarán de necesitar viviendas, sin embargo, pero también aquí hay quien defiende la necesidad de cambiar el modelo.

Más allá de la construcción, la restauración o reposición también generaría puestos de empleo. Así lo hace, en su propia escala, una empresa de trabajos verticales en Mallorca, Vertical Balear, que no solo se dedica a los trabajos verticales de altura como puede ser la limpieza de cristales, sino también a la rehabilitación de fachadas, su restauración y pinturas.

En 2013, entraba en vigor la Ley de la Rehabilitación, que preveía que fuera forzosa para los edificios con más de 50 años, así como nuevas vías para financiar proyectos que se vincularan a la eficiencia energética. El Gobierno calculaba que, gracias a ella, se crearían 160.000 puestos de trabajo hasta 2020.

Y es que habría que detenerse a pensar ante la imagen que dejó la burbuja inmobiliaria en muchos puntos del país, con urbanizaciones y edificios enteros a medio construir a las afueras de pueblos y ciudades, en proyectos que habían supuesto incluso la destrucción de paisajes medios. Mientras, en el centro del núcleo urbano, casas viejas deshabitadas que se caían a pedazos.

Medios de transporte sostenibles

Las ciudades también han sufrido una transformación en lo que a medios de transporte se refiere. Esta misma semana, la ciudad de Granada inauguraba su metro, que se estima dará cobertura a 30.000 viajeros al día y evitará el tráfico de tres millones de vehículos anualmente. Eso sí, con 10 años de retraso y una inversión de 558 millones de euros, cuando se presupuestó inicialmente en 260 millones.

Con más o menos acierto, las medidas para el fomento del transporte público en detrimento del vehículo privado no han dejado de sucederse, en proyectos que también generan empleo. Y es que la cuestión medioambiental está además estrechamente relacionada con la salud de las personas.

En Barcelona y área metropolitana, el ayuntamiento anunció restricciones al tráfico en episodios de contaminación a partir del 1 de diciembre de 2017, lo que afectará a turismos que no tengan etiquetas ambientales, es decir, los de gasolina que sean anteriores al año 2000. La población de Barcelona está expuesta a niveles de contaminación que superan los recomendados por la OMS, y se calcula que, de cumplirse, podrían evitarse 659 muertes prematuras al año.

En este apartado, por lo tanto, también hay nichos de mercado por explotar. Sucede así, por ejemplo con las bicicletas eléctricas y con las empresas que las comercializan, que logran posicionarse bien: “Todos los comentarios sobre Tecnocio hablan maravillas de sus bicicletas”, dicen desde la empresa, “las opiniones de los clientes de Tecnocio han propiciado un auge en las ventas de bicicletas eléctricas”.

Este medio de transporte tiene muchos puntos a favor. Además de los lógicos beneficios para el medio ambiente, por la reducción de emisiones, sus motores eléctricos consiguen que las cuestas sean más llevaderas. Esto no significa, claro, que se renuncie al también sano ejercicio físico y, de hecho, cada cual elige cómo se implica en la propulsión.