El Banco Santander, en el punto de mira de los inversores

La situación actual de la entidad bancaria la hace especialmente atractiva para realizar operaciones financieras.

03 junio 2019 10:10 | Actualizado a 03 junio 2019 10:14
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Probablemente no lo sepas, pero las acciones del Banco Santander están atravesando una situación en la que no se habían visto desde hace mucho tiempo. Por numerosos factores, han llegado a descender por debajo de su mínimo histórico a finales de mayo, haciendo que las alarmas de los inversores se disparen.

Por supuesto, todos aquellos que ya cuenten con acciones en esta entidad permanecen alerta para proceder con cautela; pero aquellos que no lo han hecho todavía están empezando a ojear con atención y calma a sus brokers online y plataformas de operación para saber cuándo interceder. Habiendo alcanzado valores intradía por debajo de los 4 euros, algo inaudito para la entidad, lanzarse a comprar para esperar un lógico incremento parece una operación segura.

Y es normal. En las pasadas jornadas, aunque las acciones siempre han logrado cerrar con valores que se mueven por encima de los 4 euros por cada una, se han registrado fluctuaciones que las han llevado a los 3,97. Puede parecer un margen muy pequeño, pero, viendo la trayectoria del banco de Ana Botín, es señal de que algo sucede.

Un descenso en toda Europa

Es algo que no solo ha ocurrido con el banco cántabro, que de hecho se ha replicado en otras muchas entidades no solo españolas, sino también europeas. El sector de las finanzas de Europa ha sufrido una fuerte sacudida en las últimas semanas a consecuencia de los problemas con Italia, que se encuentra al borde de recibir una potente sanción por parte de la Comisión Europea.

El descontrol de la deuda italiana ha llevado a los demás bancos de todo el continente a resentirse, hasta el punto de que la CE se está planteando multar al país italiano con la obligación de un pago de 3.500 millones de euros. La única razón, tal y como esgrime la parte sancionadora, es el incremento desbocado de la deuda del país.

Aunque todavía no se han tomado medidas para sancionar, su mero planteamiento ya ha repercutido en la situación financiera de la nación y, consecuentemente, en la de España. La banca española está íntimamente ligada a la deuda de Italia, y eso hace que, mientras esta aumente, nuestra capacidad disminuya.

Pero no somos los únicos afectados. La bolsa de París ha visto como la entidad bancaria Société Générale ha registrado uno de las caídas más importantes de toda su historia; la alemana está viendo al Deutsche Bank caer en picado en sus acciones y, por supuesto, la bolsa italiana también, con UniCredit y Finecobank siendo los más afectados de todos.

¿Es buen momento para invertir en el Banco Santander?

La respuesta corta es que todavía no. Se estima que la entidad llegue a bajar hasta los 3,90 euros aproximadamente, o incluso algo por debajo, para luego intentar repuntar hasta alcanzar un nivel mucho más saludable en sus acciones. Tras este descenso, y una vez comience a iluminarse el camino para la deuda italiana y sus bancos, el Santander podría comenzar a ascender durante meses y meses.

Su tope, tal y como estiman algunos especialistas, se ubicaría sobre los 5 euros aproximadamente en un plazo inferior a un año. Aunque queda por ver cómo transcurren otros factores de la propia entidad bancaria.

Con un ERE recientemente ejecutado, las negociaciones con los empleados que han perdido su puesto de trabajo han seguido adelante, y parte de sus resultados influirá también en el devenir de las acciones de la entidad cántabra.

La situación, actualmente, está a medio camino entre el pesimismo y el optimismo. El Banco Santander está viendo un descenso como hacía años que no veía, pero la previsión es que se recupere a medio plazo para superar incluso los valores máximos que registraba antes de esta caída.

Sin duda, se acerca el momento de comprar acciones de la entidad. Cuando alcance los mínimos que proyectan los especialistas, será la hora de que los inversores que quieran sacar partido de su futura subida entren realizando operaciones de compra. A partir de ahí, el resto será esperar hasta que el cauce vuelva a la normalidad y se alcancen valores estables.

¿Habrá que vender cuando pasen esos meses y se alcance la previsión estimada? Eso ya es algo que depende de cada inversor y sus estrategias. Una venta masiva podría provocar una desvalorización que vuelva a causar otro descenso y nos traiga de nuevo a una situación similar a la que se está viviendo actualmente.

Lo que queda claro es que, de ahora en adelante, los bancos de Europa tendrán que poner la maquinaria en marcha para recuperarse tras el traspiés de la deuda italiana, y que los inversores van a tener mucho más margen de maniobra.

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