Juegos electrónicos: cara y cruz de una misma moneda

23 enero 2018 12:10 | Actualizado a 24 enero 2018 11:01
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Parece que cuando conocemos los rasgos negativos de algo nos olvidamos de aquellos que son positivos y nos radicalizamos en no consumirlo. Los juegos electrónicos pueden aportarnos más ventajas de las que pensamos si sabemos cómo utilizarlos de forma apropiada.

Últimamente, se ha comentado mucho de cómo la afición a los videojuegos está creando un nuevo tipo de problema para los jóvenes, al permanecer más tiempo del aconsejable delante del ordenador. Esto ha provocado una serie de movimientos de escepticismo y de persecución hacia este tipo de juegos, lo que está impidiendo poder mostrar al mundo los aspectos positivos que tiene esta afición. Está claro que dedicar la mayoría de tu tiempo a una sola actividad va a producir cambios en tu cerebro y en la socialización que tengas con otras personas, y si esta actividad se practica de forma sedentaria, también conllevará efectos negativos para la salud. Pero pasaría con cualquier otra actividad que hiciéramos de forma estática; por ejemplo, si dedicáramos todo el día a leer, aunque sea una actividad muy beneficiosa para el cerebro, el cuerpo también echaría de menos moverse un poco y la gente de nuestro alrededor reclamaría pasar más tiempo con nosotros.

Los juegos electrónicos tienen también sus aspectos positivos, no solo por la enorme diversión que significa poder jugar a tu juego favorito, sino por el hecho de desarrollar algunas herramientas que facilitarán muchos caminos en la vida.

El juego de compartir

Por el hecho de que no pertenecer a la generación digital, no debemos resistirnos a encontrar beneficios en los juegos electrónicos, ni deberían prohibirse en casa, sino que hay que encontrar la mejor manera de sacar partido de su uso. Las nuevas generaciones pertenecen a un mundo digitalizado donde lo electrónico formará parte de su día a día, como un elemento más con el que han nacido y que será imprescindible para su socialización. Según un estudio del profesor Jose Ignazio Imaz de la UPV/EHU, los videojuegos son una buena herramienta para la alfabetización digital donde jóvenes de todo tipo de carácter y sexo se juntan para hacer una misma cosa. Según esta investigación, los videojuegos son una herramienta para el desarrollo de la cibersociedad y, de no usarlos para este fin, lo estaríamos dejando en manos de la lógica del mercado y los beneficios económicos.

Además, muchos juegos electrónicos se pueden jugar en red mientras te conectas con personas de todas partes del mundo, permitiendo la socialización mientras se permanece en el anonimato. Esto ayudaría a aquellos jóvenes con verdaderos problemas de comunicación o timidez extrema a comenzar a interactuar con otros.

Por otro lado, los juegos electrónicos pueden convertirse en la excusa para compartir algo en familia con el fin de conectar y estrechar lazos. Hay juegos educativos como Mindcraft, del que ya se ha realizado una versión para ser jugada en las escuelas, en el que el objetivo es crear mundos nuevos, uno diferente cada vez que inicias una nueva partida y que, por sus características, es un juego ideal para desarrollar la imaginación en familia. También se puede encontrar en el juego de los SIMS un gran aliado para asumir responsabilidades y entender los comportamientos de los otros, ya que se puede reproducir a los diferentes habitantes de la casa y sus personalidades para que interactúen entre ellos.

El juego de aprender

El ámbito de la educación ya hay juegos electrónicos expresamente realizados para el aprendizaje de algo concreto, como aprender a comer de forma saludable, aprender inglés o incluso el lenguaje de la programación. Los videojuegos pueden ser una gran herramienta para desarrollar aspectos cognitivos con mayor velocidad de lo que lo haríamos realizando cualquier otra actividad. Según un estudio de la Universidad de Rochester en Nueva York, jugar a videojuegos de acción aumentaría la rapidez con la que se toman decisiones, al descubrir que un grupo de jóvenes que estuvo jugando al Call of Duty 2 y al Unreal Tournament pudo analizar diferentes situaciones y tomar decisiones un 25% más rápidamente que otros jóvenes que no jugaron a estos videojuegos.

Hay muchos juegos electrónicos que han incorporado la posibilidad de jugar a antiguos juegos de mesa en sus interfaces, en forma de juego de ajedrez o aplicación de poker. Este último está adquiriendo cada vez más fama en el mundo empresarial, elegido por muchas compañías para entrenar y enseñar a sus empleados en el 'juego' de los negocios. El poker desarrolla habilidades como el control de las emociones, la adaptación a los cambios y la toma de decisiones, algo cuyo aprendizaje es imprescindible no solo en el ámbito empresarial sino en muchos aspectos de la vida.

El juego del juego

Por último, solo queda hablar de los beneficios que, en sí, aporta el solo hecho de jugar. Darle tiempo al juego es igual de necesario que dedicarlo a nuestras responsabilidades, ya que es la mejor manera de ‘resetear’ nuestra mente y comenzar de nuevo. El juego desarrolla la creatividad, nos permite romper las reglas y desconectar de los problemas, al mismo tiempo que permite que nuestra mente pueda vagar con libertad. Además, jugando dedicamos tiempo a algo que nos provoca placer y que, por lo tanto, nos devuelve el optimismo. Jugar nos hace descargar emociones y liberarnos del estrés, de hecho ya hay juegos diseñados, exclusivamente, para bajar la ansiedad. Pero, quizá, lo que no habíamos pensado antes es que disfrutar creando libremente y olvidándonos de toda preocupación nos ayuda a vivir más y, por lo tanto, nos da longevidad, algo que, sin duda, sí que es una prioridad para todos.

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