La lencería y su evolución a lo largo del tiempo

03 enero 2019 17:29 | Actualizado a 17 enero 2019 09:01
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Antes de nada y, como muchos imaginareis, es difícil saber cuándo nació la lencería tal y como se la conoce a día de hoy.

Los orígenes de la lencería

El término de la palabra proviene del francés y hace referencia al lino, la fibra vegetal más antigua que se conoce, pues ya se cultivaba en el antiguo Egipto aproximadamente cerca del siglo  IV a. C. Y es por esto que generalmente las primeras prendas de ropa interior eran de color blanco, se fabricaban con lino de este color. Asimismo se estima que las camisas de lino interiores ya existían en el año 1360 (a. C.)

Posteriormente, una de las formas que ha encontrado el ser humano para adaptarse a las diversas condiciones climáticas ha sido a través de la vestimenta,  haciendo uso de ella para protegerse del frío, y también por razones de higiene.

La historia de la lencería está íntimamente asociada a la moda, el poder y la sexualidad, de ahí que a lo largo de las épocas se haya hecho uso de ella para la definición de belleza y hermosura, pues la evolución ha propiciado el lucir prendas de interior en el exterior.

En el año 1922, cuando se descubrió el sepulcro de Tutankamón o Tut-anj-Amón, en Egipto, se halló entre sus pertenencias fúnebres un pañal (de lino) que podría considerarse el predecesor del actual calzoncillo masculino. Por otra parte, es importante saber que en aquellos tiempos la ropa interior era un atributo meramente masculino.

La evolución de la ropa interior por épocas

A continuación, cabe destacar la época del Imperio Romano, pues fue la época en la que se comenzó a hacer un uso extendido la ropa interior, conocida como lencería a día de hoy. Esta generalización se vio potenciada por la importancia que tuvo la higiene personal a partir de este momento en la historia. Además, algunas prendas femeninas empezaron a percibirse como especiales fetiches para el sexo, pero dejaron de serlo por un tiempo durante la Edad Media.

Cabe añadir que, más tarde fue la seda la que se convirtió en el material primario para el diseño y la confección de prendas interiores femeninas, mientras que por otro lado, en el caso de los hombres, sus prendas interiores fueron fabricadas a partir de la lana.

A finales de la Edad Media, la ropa interior se volvió más alargada, discreta y pesada; pensada para cubrir la mayor parte del cuerpo. Por el contrario, tras la Revolución Francesa la ropa interior se contagió de evolución y protagonismo, además, este tipo de prenda adquirió un notable toque sensual, seguido de una aclamada evolución femenina.

Los siglos 18, 19 y 20

A finales del siglo XVIII los corpiños se habían impuesto para ceñir el cuerpo de las mujeres, elevar su postura y, además, actuaban en defensa de la decencia. Más ir sin esta prenda resultaba una grosería importante y normalmente acababa en insulto.

La lencería comenzó a concebirse ya a partir del siglo XIX como un fetiche o un tipo de ropa realmente sexy, desde los corsés de época hasta los modelos más atrevidos de la actualidad. La ropa interior era un negocio de hombres. Sólo los sastres podían entrar en las estancias más íntimas de las mujeres y, con la excusa de tomar medidas, veían más de lo permitido. Pero a cambio debían saber de anatomía, moda y confección.

No es de extrañar que alrededor de 1800 las mujeres abrieran por su cuenta sus propios negocios de moda y confección, con el objetivo de rediseñar los corpiños, aprovechando la oportunidad de liberarse de la jaula en la que los hombres las habían metido hasta entonces con sus sofisticados diseños. 

Por otro lado, hasta el 1829 no apareció el primer corpiño con cierre por delante, y en sólo 2 años, casi todos ya funcionaban de esta forma.

En el siglo XX la ropa interior ya resultaba mucho más cómoda. Aparecen los sujetadores modernos y las bragas comienzan a acortarse cada vez más, también se vuelven a utilizar las fajas para poder lucir faldas entalladas. Sin embargo, la prenda conoció otra evolución: comenzó a decorarse, lo que provocó que acabara convirtiéndose en uno de los accesorios sexuales más importantes del siglo.

La lencería en España

España, con sus continuos avances sociales, significó para las mujeres la conquista de muchas reivindicaciones que afectaron no solo a sus derechos, sino también a su forma de vestir. El siglo XX llegó con efectos retardados con respecto a otros países europeos que se alzaron en vanguardia de todos los cambios, un retraso que se hizo cada vez menos significativo con la llegada de la democracia. Así pues, la empresa de reparto de publicidad en Tarragona es un claro ejemplo de cómo la lencería se ha visto, cada vez más, como una prenda indispensable.
 

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