¿Pueden convivir los combustibles fósiles con las nuevas propuestas de movilidad?

02 octubre 2018 08:03 | Actualizado a 04 octubre 2018 09:36
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El cambio de ejecutivo en España ha traído hasta el momento muchos anuncios de reformas legislativas, escándalos políticos continuos pero pocos cambios reales. El gobierno de Pedro Sánchez introdujo una nueva cartera ministerial, la de transición ecológica, comandada por una experta en cambio climático y energías renovables, Teresa Ribera.

Una de las primeras medidas anunciadas por la ministra, y a la sazón por el gobierno, fue la subida de impuestos al gasóleo, al diésel, para evitar en la medida de lo posible la circulación de estos vehículos por las carreteras españolas, los más contaminantes si hablamos de emisión de gases de efecto invernadero.

Pronto este anuncio alarmó a los profesionales del sector del transporte y la logística, pues el transporte de mercancías por carretera absorbe de media el 80% de todos los movimientos del país, de modo que puede ser considerado como un gran termómetro de la actividad económica.

Los malos datos del transporte hacen prever un problema a futuro en el sector

A pesar de que pronto el Ministerio de Hacienda tranquilizó al sector del transporte y la logística anunciando que los nuevos gravámenes al diésel iban a ser excluidos para los transportistas, los datos para el sector no son nada esperanzadores.

Desde que comenzó el año y hasta finales de verano, el transporte registra datos de descenso en torno al 7,5% de la actividad, un dato muy reseñable porque en 2017 la situación era radicalmente diferente, un aumento en la actividad de más del 25%. Los datos actuales llevan al sector del transporte a cifras similares a las del año 2014.

Según la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM), la abortada subida de impuestos para los transportistas profesionales habría supuesto un coste de unos 5.500 euros anuales por camión.

A pesar de esta noticia positiva para los transportistas, la exclusión del pago de este impuesto, Teresa Ribera se ha mostrado poco partidaria del diésel como combustible, afirmando en el congreso que tiene los días contados y que su impacto en la calidad del aire es suficientemente importante como para pensar en un proceso de salida.

Desde asociaciones y colectivos de transporte de mercancías mantienen que esto, independientemente de sus efectos positivos para reducir la contaminación ambiental, hace un flaco favor al sector y que es el gobierno el que debe reestructurar el modelo de tranportes en España, otorgando a esta actividad la importancia que tiene para la economía del país.

¿Cómo enfrentarse a esta situación?

Las soluciones para el sector parecen ir de la mano de nuevas formas de propulsión. Así, un gran fabricante como es Volvo, comenzará a vender en Euriopa camiones comerciales de propulsión totalmente eléctrica para distribución en ciudad y operaciones de transporte de residuos.

La transición hacia modos de movilidad más sostenible en el transporte profesionales sigue estando lejos, aunque se dan pasos para llegar hasta el destino final. De momento, Volvo es el fabricante que más apuesta por este tipo de innovaciones, pero con el paso del tiempo, serán otras empresas las que se suban al carro.

Mientras tanto, empresas de recambios de camión y repuestos de camiones como la consultada por este medio, admitenque el cambio de modelo energético para el sector del transporte debe hacerse de forma progresiva para que la industria se adapte a los nuevos requerimientos y no se ponga en peligro una actividad económica tan importante en nuestro país.

Ya desde hace años se organizan jornadas y convenciones que tienen como fin mejorar la competitividad en el transporte de mercancías por carretera e ir, poco a poco, introduciendo estos hábitos de sostenibilidad y preocupación por los recursos naturales.

Son muchas las empresas que llevan años analizando los costes anuales del transporte y la influencia del sector en el mercado y en la prestación de servicios. Tanto el transporte como la logística son sectores fundamentales para el desarrollo económico de cualquier país y todas las medidas a adoptar deben realizarse siempre teniendo en cuenta la importancia de este sector.

La exclusión del pago de impuestos al gasóleo en el sector del transporte es una medida necesaria pero insuficiente para dotar de viabilidad al sector. Siguen existiendo problemas graves como el mal estado de las carreteras, el descenso progresivo de poder adquisitivo de los profesionales o el ascenso continuo en el precio de los carburantes, siendo quizás el más destacado la pérdida de rentabilidad económica de esta actividad, sobre todo en los recorridos de corta distancia.

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