Ripple se perfila como una interesante opción de inversión tras el rebote de Bitcoin

Con timidez en los primeros meses y con exuberancia en estos últimos días, parece que el mercado de las criptomonedas trata de volver a crecer este año y sorprendernos a todos como hiciera en el año 2017. Lo cierto es que tras un 2018 realmente catastrófico para los inversores y los amantes de este incipiente sector tecnológico, 2019 comenzó con cierto optimismo.

Uno de los puntos débiles de estos activos ha sido siempre su escasa adopción por parte de toda la sociedad. Pues bien, los hechos están rebelándose contra esta idea preconcebida. Y para muestra, un botón: el Hotel Villa Retiro de Xerta, en el Baix Ebre y los dos restaurantes del afamado chef ebrense Fran López (2 estrellas Michelin) comenzaron este año a ofrecer la posibilidad de pagar utilizando terminales que aceptan criptomonedas. Esto era impensable hace apenas un par de años.

Hay vida más allá del Bitcoin: Ripple quiere quitarle el trono al rey de las criptomonedas

Ante las buenas perspectivas de mercado, la mayor parte de las personas optarán por comprar Bitcoin de nuevo, ¿pero es la apuesta más segura para maximizar la rentabilidad de las inversiones? En realidad, el mayor potencial de crecimiento en esta segunda oleada alcista se esconde en las conocidas como altcoins (monedas alternativas al Bitcoin), que representan proyectos de todo tipo. Y entre todas ellas hay una que destaca especialmente: Ripple (XRP). Comprar Ripple podría ser nuestro pasaporte a la libertad financiera en los próximos meses/años.

Nos encontramos en un punto dulce en el que tanto el análisis fundamental (el valor intrínseco de un activo) como el análisis técnico (las predicciones de cotización con base en indicadores técnicos, como las líneas de soporte y resistencia del precio) apuntan a una misma dirección, hacia arriba en el caso de Ripple.

Análisis fundamental de Ripple

Ripple es actualmente el tercer proyecto por capitalización bursátil en el mercado de las criptomonedas, y no ocupa este puesto tan alto entre miles de proyectos por casualidad. Este ambicioso proyecto pretende acabar con la hegemonía que todavía tienen los bancos en los envíos de remesas internacionales. ¿Quién no ha visto alguna vez como su banco le cobraba comisiones indignantes por algo tan sencillo como mover una suma de dinero de una entidad A a una entidad B? Ripple, con su token XRP, pretende acabar prácticamente con las comisiones por envío de dinero. Quiere, en definitiva, ser el dinero 2.0 y terminar con los mordiscos innecesarios que los intermediarios les dan a los usuarios de servicios financieros. Los bancos tratarán de contraatacar con sus soluciones blockchain propias, pero lo van a tener francamente difícil porque necesitan sus comisiones para sobrevivir.

Análisis técnico de Ripple

El 4 de enero de 2018, Ripple se quedaba a pocos céntimos de tocar los 3 euros por unidad. Con la caída del Bitcoin que arrastró consigo al resto de criptoactivos por esas fechas, Ripple tardaría unos meses en encontrar su suelo de cotización en los 21 céntimos de euro a mediados de agosto del año pasado. Desde entonces, ha experimentado una subida continuada que ha llegado a superar los 40 céntimos este mes. Si la tendencia se mantiene (y los gráficos de velas japonesas apuntan a ello), las posibilidades de obtener retornos de inversión positivos son bastante plausibles.

En definitiva, Ripple parece en estos momentos una apuesta rentable si queremos mojarnos los pies de nuevo en el siempre volátil mercado de las criptomonedas. Pese a que parece que ya nos encontramos fuera del peligro bajista, es siempre recomendable invertir cantidades que puedas perder y hacer tus propias averiguaciones sobre los proyectos que más te interesen.