Una emocionante fiesta deportiva de verano

04 enero 2019 09:48 | Actualizado a 04 enero 2019 09:57
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Dionisio de la Huerta es un barcelonés que llegó en el año 1930 al pueblo de Coya con una piragua plegable. Muy poco tiempo después realizó emocionantes excursiones con dos amigos por el río Sella, y así comenzó el primer descenso del río Sella, que tardó 7 horas.

Esta fue la semilla que generó una competición internacional que se desarrolla aún en la actualidad. Ya en 1932 se había establecido la ruta actual, es decir, desde el puente de Arriondas hasta Ribadesella, una tradición que solo se interrumpió durante la Guerra Civil y en los años de la postguerra.

El descenso del Sella en canoa

Contemplar una espectacular bajada en canoa por un río es una experiencia como pocas. El descenso del Sella en canoa o bajada del Sella desde Arriondas lo es aún más, con un millar de piragüistas que se atreven a iniciar el vertiginoso descenso a las 12 en punto de un sábado del mes de agosto. Los lugares de salida se deciden por sorteo previo, y las embarcaciones deben estar ubicadas en sus respectivos puestos una hora antes de la partida para ser verificados los lugares por unos jueces de orilla previamente designados.

A estas horas, las calles del pueblo bullen de emoción por el alboroto de los competidores y observadores, que se las ingenian de todas las maneras para escoger lugares privilegiados, desde donde ver el inicio de la regata y luego seguir desde las orillas el vertiginoso recorrido.

Desde el puente de Arriondas a Ribadesella

El pistoletazo que anuncia la salida estalla después de unos versos tradicionales, que se declaman año tras año y dan inicio a la carrera de piragüistas, que recorre un total de 20 kilómetros, a partir del puente hasta culminar en Ribadesella. Exceptuando los grupos de segunda categoría, que culminan justo en el puente del ferrocarril de Llovio, a unos 15 kilómetros del sitio de partida.

Una caravana interminable de coches acompaña el sinuoso recorrido por carretera, bajo los gritos de emoción y ánimo que emite el público que observa la tradicional competición, que tiene carácter internacional y congrega deportistas de todos los rincones del mundo. Los Campos de Ova son el sitio donde año tras años se entregan los trofeos a los ganadores en las distintas categorías de esta competición casi centenaria.

Después de la carrera es tradicional disfrutar de la deliciosa sidra asturiana, una comida campestre multitudinaria que incluye el emblemático Pote, manzanas asadas, chocolate blanco, anguilas a la cazuela, deliciosas chuletas a la brasa y un sinfín de productos locales de primera calidad.

La alegre y contagiosa música tradicional de Asturias y el baile cierran con broche de oro el encuentro deportivo, que continúa como un epílogo en las alegres calles de Ribadesella, en chiringuitos y verbenas que festejan hasta casi ver las primeras luces del nuevo día asturiano.

Adultos y niños disfrutan del río

El descenso por el río Sella puede realizarse en pareja, solo, con la familia, en grupos de amigos o incluso con la mascota. Practicar un emocionante deporte al aire libre en mitad de un paisaje maravilloso con vistas excepcionales, al ritmo que cada cual decida, deleitarse con un aperitivo en el lugar que a cada uno le apetece, bañarse en las aguas del río o detenerse a conversar y tomar fotografías junto a los chiringuitos que bordean el río, es la posibilidad de desconectar perfectamente de la rutina diaria y del nocivo smog de las ciudades.

En el sitio de la partida hay monitores experimentados que orientan y enseñan las técnicas básicas del remo, para desplazarse sin inconvenientes y saber controlar la canoa o piragua. Además proveen de todo el equipo imprescindible, como un chaleco salvavidas, enseres que se utilizan en la competencia o bidones herméticos para guardar la comida que se disfrutará al finalizar el trayecto.

Ofrecen las opciones de canoas de última generación con un ingenioso sistema antivuelco de 3, 2 o una sola plaza. Los más atrevidos prefieren lanzarse desde unas rampas dispuestas para caer al río y descender remando hasta completar el sinuoso recorrido del Sella.
 

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