En Catalunya, la Diada de Sant Jordi no sólo refleja una tradición basada en la rosa y el libro. Para muchos de sus fieles es el verdadero día del amor, una fecha más alejada del consumo crudo y que explica la leyenda del dragón, la princesa y el caballero. La historia, dicen los expertos, ocurrió en Montblanc y Sant Jordi salvó a esa princesa de las garras del malvado dragón.
El idilio sentimental entre la reusense Laia Selvi y Ricard Vallvé, de Vilallonga del Camp, se no explica sin la conmemoración del 23 de abril. Su relación se oficializó ese mismo día de 2022, aunque existen varios factores que lo explican.
Laia y Ricard ya hacía algunos días que habían entablado algunas conversaciones. Se conocieron a través de las redes sociales gracias a varios amigos en común que les animaron a establecer ese contacto. Después de algunas quedabas, Laia decidió que la fecha de Sant Jordi, el 23 de abril de 2022, iba a significar una especie de prueba definitiva para formalizar la relación. Reunió a Júlia, su ahijada, y a varias amigas para vivir la Diada e ir a comer al tradicional Café de Reus. Del resto se encargó esa magia y el hechizo que desprende Sant Jordi.
«Pasamos el examen y, desde entonces, estamos juntos ya de una forma más seria. De hecho vivimos en Vilallonga», confirma Laia sonriente. Confiesa que las amigas dieron el visto bueno al pacto amoroso que, dos años después, todavía perdura.
La vida de los dos transcurre por el territorio. Ella ejerce como educadora social y él como fisioterapeuta. Ven a la pequeña Júlia, de 9 años, como una persona indispensable en su historia. Júlia reside en Reus y cada Sant Jordi pide cita con su madrina y su tío para vivirlo en la Plaça Mercadal, un centro neurálgico indispensable para los románticos de esta conmemoración.
La misma rutina
Desde aquel 23 de abril de 2022, Laia, Ricard y Júlia se han comportado con fidelidad a la Diada. La pasan juntos como una norma innegociable. «La vamos a buscar al cole o a casa y pasemos por la Plaça Mercadal. Hasta comemos en el mismo restaurante que el primer día, el Café de Reus», confirma Selvi.
La relación entre la pareja y Júlia ha arraigado tanto que la pequeña se ha apuntado a algunos viajes turísticos lejos de Catalunya. «Desde el primer Sant Jordi hemos tenido la suerte de poder viajar, conocernos y querernos bien. Cuidar nuestra relación e involucrar a toda nuestra familia para que nos vea crecer juntos», explica la protagonista.
El rito de la rosa y el libro se ha convertido en una acción simbólica en la vida de la pareja. La siguen a rajatabla. Hasta el punto que este martes, de nuevo con la llegada del 23 abril, disfrutarán la Diada como siempre, rodeados de la familia y con el primer Sant Jordi en el recuerdo. Aquel que unió a una pareja que se había topado gracias a la gentileza de unos amigos.
En este sentido, Reus se va a volcar de nuevo con distintos actos en la Plaça Mercadal, que se engalanará como de costumbre para reivindicar una Diada que, con los años, ha tomado un impulso extraordinario en Catalunya, aunque todavía no se ha declarado como día festivo.
Para Laia Selvi y Ricard Vallvé significa mucho más que eso. El 23 de abril implica emociones y recuerdos imborrables. También un presente entusiasta. Como ellos mismos se prometen a diario. «De l’1 al 10 t’estimo un 15».
