Faltan explicaciones válidas y urgen medidas

Hace poco más de una semana que un interno de la prisión de Mas d’Enric de El Catllar asesinaba con un cuchillo a una empleada del centro penitenciario. Núria trabajaba en la cocina y Iulian, también. La mató y luego se suicidó. Y todo ello hizo levantar las alarmas, generando una enorme crisis en el sector penitenciario de nuestro país que tendrá difícil solución.

Los trabajadores de las prisiones piden medidas urgentes. Aseguran que la situación es crítica. Se sienten inseguros. Hay muchos frentes abiertos e interrogantes todavía sin explicar. En primer lugar, cómo una persona que estaba cumpliendo condena por apuñalar a otra podía tener acceso a un cuchillo de forma tan fácil. Este es el gran interrogante de estos días. Pero hay muchos otros. La familia de Núria pide justicia y dimisiones.

Alguien debe hacerse responsable de lo ocurrido. Y hasta hoy, no se han dirimido responsabilidades. Los médicos no quieren pasar consulta sin escolta, y las cifras de agresiones a funcionarios son para revisar el sistema con profundidad. Ayer comparecía en el Parlament la consellera Ubasart y esperábamos que diera explicaciones que nos ayudaran a responder los miles de interrogantes que tenemos en la cabeza. Pero el titular que dejó fue que el asesinato «no era previsible» y que el riesgo del preso era «bajo» de cometer actos violentos contra otros internos o contra funcionarios, según las evaluaciones a las que fue sometido durante años. También aseguró que pondrán más vigilancia en los servicios auxiliares de las cárceles y que se revisará qué perfiles de internos pueden trabajar en las cocinas.

La oposición no tiene suficiente y pide también la dimisión de la consellera y de quien sea necesario. Son muchas cosas. Es una crisis del modelo penitenciario de nuestro país y hay que revisarlo a fondo. Hay que hacer justicia por la muerte de Núria y hay que tomar medidas para que esto no vuelva a ocurrir. Las explicaciones dadas en el Parlament no son suficientes.