Los autobuses generan ruidos y molestias entre los vecinos de la avenida Països Catalans de Reus

La avenida de Països Catalans es de las vías urbanas de Reus con mayor volumen de tráfico, junto a Sant Bernat Calvó, President Macià y Marià Fortuny. Se calcula que circulan más de 9.000 vehículos diarios por sentido y, a todo ello, «desde hace un tiempo, se ha sumado un incremento del paso de autobuses», denuncian vecinos de Països Catalans. Se quejan del ruido que generan: «Tenemos que cerrar las ventanas». Y también de mayor contaminación.

«Hemos ido cambiando todas las ventanas de casa por las que son más aislantes. Aun así, en verano es horrible», dice una vecina que hace 20 años que vive en esta zona de Reus. Explica que en estas dos décadas ha notado un incremento muy significativo del tráfico y, especialmente, desde hace un par de años, con mayor paso de autobuses: «Es un constante». Este aumento coincide con la puesta en marcha de la nueva estación de buses interurbanos del Camí de Riudoms, que sacó gran parte de los autocares que antes hacían parada en las Oques, trasladándolos a la zona de la Biblioteca Central Xavier Amorós.

El año pasado, también se realizaron obras en el Passeig Prim por la renovación de la red de saneamiento, lo que obligó a cortar el paseo y a desviar todo el tráfico por Països Catalans. A finales de 2022, el Passeig Prim recuperó la normalidad, pero el vecindario de Països Catalans asegura que el volumen de buses se ha mantenido. «Pasan muchos más ahora que antes», insisten, lo que genera, también caos: «En la rotonda del Mercadona suele haber unos colapsos...», con bocinazos y algún accidente: «Hace poco hubo uno entre una moto y un patinete».

Desde el barrio Immaculada, la presidenta de la asociación vecinal, Esperanza Torrijos, recuerda que la avenida Riudoms es uno de los principales accesos a Reus y, precisamente, conecta con Països Catalans. Además, el descampado que hay al lado del Parc de la Festa actúa de parking de camiones y autocares, y refuerza este acceso por parte de vehículos de envergadura.

Echando un vistazo a la diagnosis elaborada para la redacción del nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Reus, los principales accesos a Reus son: la avenida de Cambrils, la carretera de Alcolea del Pinar y la de Montblanc. De estas tres, dos (Cambrils y Alcolea del Pinar) dan acceso directo a Països Catalans, lo que explica que sea de las vías más transitadas. La misma diagnosis recuerda que las grandes avenidas actúan de circunvalación «y distribuyen la circulación de vehículos por todo el municipio», siendo un eje esencial del tráfico.

Los vecinos de la zona ya asumen que «estamos en una avenida y pasarán coches», pero insisten en la intensidad de buses y también de camiones. «Estos meses hemos notado también un incremento de vehículos pesados, como cementeras», algo que atribuyen a las obras que se han realizado en la calle de la Mare de Déu del Pilar y el tramo de Països Catalans hasta la rotonda con la avenida de Riudoms. Además, el vecindario también está preocupado por la peatonalización del centro y la futura zona de bajas emisiones: «Sacan los coches del núcleo y esto acabará repercutiendo en las afueras, con mayor colapso, y todos somos vecinos y nos merecemos lo mismo», defienden.

La percepción vecinal está reforzada por los medidores de decibelios. Según el mapa de ruido y capacidad acústica de Reus, en la avenida Països Catalans se alcanzan los 65 dB durante el día (entre las 07 h y las 23 h), cinco puntos por encima del máximo permitido, que son 60 dB.

La avenida no es de las más ruidosas de Reus pero, no obstante, la memoria de la tercera fase del Mapa Estratégico del Ruido (con muestras tomadas en 2021) destaca que es de las únicas vías donde ha habido «un aumento del nivel del ruido». Un hecho que se detecta en los tramos centrales de la calle durante el día, la zona donde, precisamente, viven los vecinos con lo que ha hablado el Diari. Por la noche, los decibelios también superan los permitidos (50 dB), y alcanzan los 57.

En la avenida de Riudoms también hay quejas de ruidos. Esperanza Torrijos, presidenta de la Associació de Veïns del Barri Immaculada, relata que el principal problema son los camiones que estacionan en el descampado que hay al lado del Parc de la Festa. «Muchos son frigoríficos y, para mantener el frío, dejan el motor en marcha», explica. Un ruido que, sobre todo por la noche, molesta al vecindario, «y más en verano».