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    El edificio sin luz, sin agua, sin gas... La historia mil veces repetida

    La Guàrdia Urbana no descarta un «sabotaje» en el incendio que tiene a una comunidad de Campclar sin electricidad desde el sábado. No es la primera vez que un siniestro similar deja a oscuras a un edificio en el barrio

    27 marzo 2024 19:42 | Actualizado a 28 marzo 2024 13:00
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    Un fuerte olor a quemado todavía impregna toda la entrada del edificio ubicado en el número 18 de la Calle Riu Llobregat de Campclar. Un vistazo al cuarto de contadores, ahora calcinado, muestra que el susto pudo ser mucho mayor porque el hueco aledaño era usado por un vecino como trastero. Hay maderas, juguetes, aparatos eléctricos...

    El incendio en el cuadro eléctrico se produjo la madrugada del sábado y desde entonces están sin electricidad. El informe de la Guàrdia Urbana «no descarta que se trate de un sabotaje».

    Pero aquí no acaban las penurias. El incendio también dañó algunas tuberías y dejó a los residentes sin agua. Después de un «apaño» hecho por los propios vecinos, ahora llega algo de líquido a las casas, pero hay fugas y no se puede usar con normalidad.

    Por si fuera poco, tras el incendio los bomberos cerraron el gas. Ahora la empresa que se encarga del suministro dice que no puede volver a conectarlo porque hay dos piezas dañadas y que la reparación deberá correr a cargo de los vecinos.

    Y no, la comunidad no tiene un seguro. Isabel Trujillo, vecina que ejerce de portavoz, explica que se enteraron de ello cuando llamaron al administrador de fincas. Así las cosas, aquí viene el gran escollo: los 16.000 euros que deberán desembolsar solo para arreglar el cuadro eléctrico. De la instalación del agua también deberán hacerse cargo, ya que, como les anunció Ematsa, se trata de una instalación dentro de la propiedad.

    A simple vista no parece una tarea sencilla. De los 24 pisos (el edificio tiene seis plantas), 17 son propiedad de fondos de inversión y grandes tenedores. De estos, alguno está dedicado a alquiler social y hay varios (no se sabe cuántos) que están ocupados. Eso hace que las cuentas del edificio estén bajo mínimos, porque ni los fondos ni los grandes tenedores suelen estar al día.

    Mientras, el día a día de los vecinos está siendo un infierno. En la escasa media hora que estamos vemos entrar y salir a muchas familias con niños, una señora con muletas... Todos suben las escaleras caminando porque el ascensor está parado desde hace cuatro años por otro incendio.

    Desde el sábado es imposible cocinar, calentar la casa, lavar o ducharse. El que ha podido va a comer a casa de familiares o amigos y a cargar los teléfonos móviles para no quedarse incomunicado.

    Cuenta una vecina que por las tardes muchos han bajado al portal a hacerse compañía porque si no la noche a oscuras se hace eterna. Hay dos niños autistas que están llevando especialmente mal la situación.

    Hay muchas familias con niños y desde el sábado es imposible cocinar, lavar o calentar la casa

    Trujillo pide que se tomen medidas urgentes, como la instalación de un generador. «Aquí no ha venido nadie hasta que hemos salido en el diario», lamenta.

    Desde el Ayuntamiento de Tarragona aseguran, no obstante, que la Guàrdia Urbana tiene un protocolo para siniestros de este tipo y ofrecen recursos habitacionales de emergencia pero ningún vecino la solicitó. Trujillo lo niega.

    Serveis Socials también señalaba que no fue sino hasta ayer por la mañana que recibió una petición de una familia. A mediodía, no obstante, dos trabajadoras sociales acudieron personalmente al edificio y fueron casa por casa preguntando por la situación de cada familia.

    El ayuntamiento emitió un comunicado en que recuerda que «el edificio es una propiedad privada, por lo que no tiene las competencias para restablecer la luz» y que «su margen se limita a los servicios que puede prestar como administración».

    También señalaba que se pone «a disposición de las familias afectadas para ayudar en todo lo que pueda ofrecer» mientras se restablece la electricidad. Ematsa, por su parte, confirma que reparar las tuberías dañadas también corresponde a la comunidad, aunque están siguiendo la situación con Serveis Socials.

    Finalmente el ayuntamiento ha contactado con la Agència Catalana de l’Habitatge para estudiar posibles soluciones si se alarga la situación.

    Mientras, los vecinos pasaban ayer la quinta noche a oscuras. Se trata de una historia mil veces repetida en el barrio. Desde 2019 se han registrado al menos cuatro incendios de cuadros eléctricos en otros tantos edificios. En todos se sospecha que el origen fueron los empalmes ilegales y la solución no fue precisamente rápida. En uno de los casos el Ayuntamiento optó por alojar temporalmente a los vecinos en un cámping.

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