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    Gaya, el apellido propio del pilar caminant azul

    Veintiséis. Con el del pasado domingo, los Xiquets del Serrallo encadenan 26 pilars caminant seguidos, un auténtico récord

    30 septiembre 2023 12:28 | Actualizado a 01 octubre 2023 17:48
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    Uno, dos, tres y hasta veintiséis veces consecutivas el pilar caminant de los Xiquets del Serrallo ha llegado al Ajuntament después de la diada castellera de la Mercè, el 24 de septiembre. Justo este año se había convertido en tecler d’honor tras dos décadas y media de éxitos. El pilar se montó en la plaça de les Cols, subió y bajó las escaleras de la Catedral, enfiló el carrer Major y, después de superar la Baixada Misericòrdia y la plaça de la Font, llegó al balcón municipal y se izó el pequeño enxaneta con una faixa. La victoria fue eufórica antes y todo de dejar terminar la música: la satisfacción de los miembros de los Xiquets del Serrallo se hizo visible y audible en toda la plaza: los del barrio marítimo aumentaban su propio récord y les costaba ‘sólo’ ocho minutos y medio.

    El pilar caminant del domingo fue especial por muchos motivos. Porque investían als Xiquets del Serrallo como doctores honoris causa de los pilars caminant pero, además, para una familia serrallense, con la mayoría de los componentes en su estructura.

    Josep Maria Gaya es el cap de colla de los azules, y el domingo fue de ‘segon’ en el pilar. Dos de sus hijos, Marina y Aran Gaya, subieron encima de él de terça y de enxaneta. La felicidad al llegar al consistorio estaba impresa en sus caras, y no era para menos: hacer llegar el pilar caminant de la Mercè con tus hijos encima o con tu padre debajo no pasa cada 24 de septiembre.

    «Cuando estás ahí arriba no puedes pensar en nada más que en llegar al Ajuntament, lo complicado son las escaleras, pero lo peor son los nervios de la responsabilidad», reconoce Marina Gaya, de 15 años, que añade «la seguridad» que transmite hacerlo en familia. Su hermano Aran, de 4 años, se distrae a su lado pero le da la razón: él se fija «en los barcos» cuando sube a lo alto del pilar. Tiene la teoría (y la práctica, como demostró) bien aprendida: «el pie, la mano, la cabeza y la salutación, y a esperar», explica como si fuera fácil. El padre cuenta que poder llevar a sus hijos encima le llenó de «emoción y orgullo». Para Aran es el segundo pilar que firma como enxaneta, Marina es justo el primero y para el padre, Josep Maria, es ya el noveno que completa: algunos de los cuales los hizo con su hijo mayor, Aleix Gaya. Sólo Aina, la tercera de los cuatro, todavía no ha subido al pilar caminant: «Tiene números y sería muy especial», apunta el cap de colla.

    Josep Maria, Mariona y Aran Gaya son el padre y los hermanos del pilar caminant del Serrallo

    El pilar familiar no es cualquier cosa. El ensayo es el secreto, y probarlo en casa fue lo mejor: desde subir encima hasta aprender a engancharse con la faixa para subir al balcón. La colla hace unos meses que lo ensaya a conciencia en los Tinglados del Port. «Lo hacíamos de la misma distancia al lado del mar, por eso Aran dice que se fijaba en los barcos», explica el cap de colla.

    Al final, el pilar resultó victorioso, no sin un gran esfuerzo extra. Sólo necesitó un cambio de baixos a la altura del principio de la plaça de la Font cuando salió Nil Martínez y entró Christian Borràs. En ese momento la espalda de Josep Maria dijo ‘basta’ y los metros finales fueron los más duros. «Debajo notaba que algo pasaba pero no dejé de aguantar, yo lloraba por el dolor de piernas y por estar llegando al final, a medida que el Ajuntament se iba acercando», recuerda Mariona.

    He aquí la raza serrallenca de la que sacan pecho. En casa, como era de esperar, lo celebraron mucho, pero en el local todavía más: veintiséis pilars caminant consecutivos sin caer és un mérito que no puede colgarse ninguna otra colla. «Para nosotros el día del pilar caminant es largo, pesado y nervioso, pero cuando termina ya queremos volver a vivirlo», cuenta Mariona. Y es que después de una Santa Tecla en la que los Xiquets del Serrallo iban a máximos castellers y no les saliera del todo bien, hacer llegar el pilar caminant fue como la ‘cierereta’ del pastel. Santa Tecla acaba bien si el pilar llega al Ajuntament.

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