'No soporto el término ni-ni'
El programa 'Joves per l'Ocupació' llega a su quinta edición ofreciendo formación y prácticas a chicos que ni estudian ni trabajan. Casi la mitad de los participantes del año pasado consiguió un contrato

Sara Prieto en una de las salas de formación de Tarragona Impulsa en Tabacalera.
Sara tenía 19 años (ahora tiene 22) cuando la seleccionaron para el programa ‘Joves per l’Ocupació’. Estaba repitiendo segundo de Bachillerato pero había tirado la toalla. En su casa había una situación económica complicada (que hoy persiste) y ella no paraba de pensar en lo que costaría apuntarse a la selectividad, en el precio inalcanzable de la matrícula universitaria... Muchos amigos ya habían comenzado la carrera y hablaban de lo contentos que estaban.
Sara se convirtió en una ‘ni-ni’ (vocablo acuñado para referirse a quienes ni estudian ni trabajan), «un término que no soporto», asegura. «No te dan trabajo porque no tienes la formación necesaria y no estudias porque no te lo puedes permitir... No ves salida», cuenta.
Cuando llegó al programa reconoce que estaba «desorientada» y necesitaba algo que la «activara». No sólo lo descubrió, sino que encontró su vocación. Se apuntó en la especialidad de atención sociosanitaria y, al terminar el programa, decidió seguir estudiando. Se inscribió en el ciclo de grado medio de FP de auxiliar de enfermería en el Institut Cal·lipolis. Le fue tan bien que le entregaron un premio a la mejor trayectoria académica. En diciembre pasado terminó las prácticas en un sociosanitario. Le encantaron.
Ahora su meta es encontrar pronto un trabajo y seguir estudiando. Pero su ilusión es, sobre todo, ayudar a que su hermana menor, que actualmente estudia Bachillerato, pueda ir a la universidad. «Se merece estudiar, saca muy buenas notas, estoy tan orgullosa de ella...», cuenta.
Un ‘abreboca’ a los estudios
El de Sara es uno de tantos casos de éxito del programa ‘Joves per l’Ocupació’ que desarrolla el Ayuntamiento de Tarragona a través de Tarragona Impulsa. Está subvencionado por el Servei d’Ocupació de Catalunya, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y el Fondo Social Europeo.
El programa selecciona cada año a 80 jóvenes de entre 16 y 24 años inscritos en el paro y que no tienen la ESO o sólo han llegado hasta esa titulación. Algún año han llegado a los 700 aspirantes.
En esta oportunidad las plazas se han ampliado a 90 y el período para apuntarse está abierto y termina la segunda quincena de febrero.
Los aspirantes deben estar inscritos en el programa de Garantía Juvenil de la Generalitat, y tienen que pasar por un examen de conocimientos generales y una entrevista personal.
Los seleccionados para el programa, que dura 15 meses, pueden elegir entre nueve especialidades. Entre las más demandadas están la de cocina, pero también hay jardinería, peluquería y mantenimiento, entre otras. Algunos cursos se ofrecen en la sede de Tarragona Impulsa de la Tabacalera y otros en institutos de Formación Profesional.
La etapa formativa dura unos cuatro meses (unas 300 horas) y durante ese tiempo los jóvenes reciben 150 euros mensuales que les sirven para cubrir gastos como el desplazamiento. No es un tema menor, porque para muchos puede significar la diferencia entre seguir o no en el programa. No se trata de una formación exhaustiva, pero se busca, como en el caso de Sara, ‘engancharles’ para seguir formándose.
Posteriormente se inician las prácticas en empresas. En el caso de que la empresa se decida a contratarles, el programa paga, durante seis meses, el salario mínimo del participante.
Seguimiento cercano
De los 80 que participaron el año pasado, 64 realizaron prácticas, 37 fueron contratados, 42 continuaron la ESO (se les paga la matrícula en el IOC) y 13 se matricularon en FP.
Cuenta Mari Cruz Montoro, coordinadora del programa, que las tutoras hacen un seguimiento muy cercano de los participantes y les orientan incluso después de haber terminado. Más allá de los resultados objetivos del programa, para muchos es un auténtico baño de autoestima, reconoce, y recuerda el caso de algún chico que sacó 8 en un examen y pidió llevarlo a casa para enseñárselo a sus padres.
Sara lo tiene muy claro, su situación no es fácil pero ya no se siente perdida. «Tiene mucho valor que alguien te diga ‘confío en ti’ cuando ni siquiera tú sabías si llegarías», cuenta.