El Conselh Generáis de Aran ha confirmado el primer ataque de un oso a un ganado este año. Un ganadero de Gessa (Naut Aran) denunció el pasado lunes la muerte de una oveja por un ataque de un plantígrado. El animal formaba parte de una manada vigilada por dos mastines y cercado con una malla eléctrica en un prado a 120 metros del pueblo. El ganadero Eduard Melero explicó que se encontró la malla tirada en el suelo y la mayoría del centenar de animales -entre ovejas y cabras- que tienen, fuera del perímetro. “Las cerramos por las noches para evitar estos ataques, pero ni con la valla funciona”, lamentó Melero, que ya hace tres años que sufre ataques a sus manadas. En la zona se descubrieron huellas de hueso.
El animal apareció muerto cerca de un camino, a unos 500 metros de la valla. Melero lamenta esta situación y no descarta que su manada sufra otro ataque, puesto que hasta junio no podrá llevar los pastos en el alta montaña porque todavía hay nieve. Es por eso que pide a las administraciones más vigilancia a los pastos, que creen un censo y limiten el número de huesos en el Pirineo y que informen los ganaderos de los movimientos de los huesos para poder prevenir posibles ataques.