Hallada un ancla de época romana en la costa de Torredembarra

La Societat Catalana de Recerca Subaquàtica encuentra un cepo de plomo que podría pertenecer a un barco mercante de entre los siglos II a.C. y II d.C.

19 mayo 2017 19:24 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:16
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Los tesoros en el fondo del mar existen. Miembros de la Societat Catalana de Recerca Subaquàtica han recuperado en la costa de Torredembarra la parte superior (el cepo) de un ancla de época romana. Probablemente pertenecía a un barco mercante de entre los siglos II a.C. y II d.C. La descubrieron en febrero por casualidad, mientras realizaban una inmersión de entrenamiento. Son buceadores experimentados, especializados en la búsqueda de restos de embarcaciones de la primera Guerra Mundial. Avisaron al Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya y el 24 de abril volvieron a lanzarse al agua para extraerla. Ahora está en ese centro, en Girona, a la espera de que algún museo se interese en exponerla.

Josep Maria Castellví fue quien la descubrió. «Me llamó la atención ver una forma recta en el fondo del mar. Enseguida supe que podría tratarse de un ancla. Estaba enterrada en la arena y sólo sobresalía una punta. La destapé y le hice unas fotografías. Luego la volví a enterrar para evitar que la viera un pirata y se la llevara. No la saqué porque la ley no lo permite», recuerda Castellví.

El cepo es de plomo y mide aproximadamente 1,20 metros. «Es complicado saber con exactitud cómo llegó allí. Seguramente era de una embarcación de tamaño mediano que transportaba mercancías. De un barco de cabotaje. Quizá echó el ancla porque hacía viento y se rompió», comenta Castellví, que también es historiador. Descarta que perteneciera a un pesquero, a pesar de que entonces abundaban en esa zona. «Eran muy pequeños y solían utilizar piedras como ancla», añade. Tampoco formaba parte de un yacimiento, pues no había vestigios de ninguna nave hundida.

Es el primer hallazgo de este tipo de la Societat Catalana de Recerca Subaquàtica, que tiene su sede en Riudoms y está integrada por personas de toda Catalunya. «Cuando la vimos sentimos una emoción enorme al estar ante una pieza de en torno a 2.00o años de antigüedad», explica Pep Tizne, presidente de la sociedad.

Tizne asegura que la costa de la provincia de Tarragona esconde multitud de barcos sumergidos de la época romana. Lamentablemente, muchos de sus secretos han sido expoliados. Existe un mercado negro y, sobre todo, un gran afán de coleccionismo de restos arqueológicos. Son considerados prácticamente como trofeos. «En el agua hay un pirateo total», señala Castellví.

«Hay que luchar contra el expolio. Siempre habrá alguien que se quiera llevar un objeto así, por eso es muy goloso dejarlo en el fondo del mar por mucho que la gente de la zona lo quiera controlar», declaró recientemente a TV3 Gustau Vivar, director del Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya, que también participó en la extracción del ancla.

El cepo ya ha sido incluido en la Carta Arqueològica Subaquàtica de Catalunya.

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