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Desde el mediodía de ayer martes, día 1 de enero, hasta primeras horas de la tarde del mismo día, diferentes llamadas y avisos entraron en el teléfono de emergencias 112.
Todas las llamadas coincidían en señalar que habían visto o cruzado con un hombre que iba caminando por la calle con un cuchillo de grandes dimensiones en la la mano. En ninguna de las llamadas registradas se señaló amenaza alguna.
Las llamadas que se derivaron a la Policía Local de Vila-seca y a Mossos d'Esquadra apuntaban que el sujeto se le había visto cerca del Pesebre de Arena, en el Parc del Perruquet, en otro tramo de la avenida Pau Casals e incluso a la salida del núcleo de La Pineda, en sentido Tarragona.
El hombre sería joven (menos de 30) por la descripción facilitada por los testigos y en algunos casos había pedido dinero, pero sin esgrimir el arma blanca para amenazar. En la descripción se apuntaba el tipo de ropa y peinado, datos que no han sido facilitados.
Las llamadas señalaban que el joven podría caminar bajo los síntomas de embriaguez o que tuviera algún tipo de enfermedad mental, puesto que hablaba solo y se movía las manos con el cuchillo, pero sin molestar a peatones ni comerciantes. Como si estuviera en su enfrascado en su mundo.
Patrullas de Mossos y de la Policía Local realizaron rondas conjuntas por las calles más concurridas de La Pineda para intentar localizar al hombre.
A pesar de los esfuerzos y las rondas por diferentes puntos de La Pineda, los agentes no lograron encontrar al hombre del cuchillo, que a media tarde nadie más supo de él y no entraron más llamadas alertando de su presencia en el núcleo turístico de Vila-seca.
