Cultura

Entrevista

Javier Mariscal: «Trato de explicar la vida con dibujos»

El artista y diseñador multidisciplinar presenta en Tarragona su última creación en exclusiva

Javier Mariscal con el botijo diseñado por él.

Javier Mariscal con el botijo diseñado por él.Alba Mariné Torrell

Publicado por
Francesc Perez

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Javier Mariscal (Valencia, 1950) es un artista multidisciplinar cuya trayectoria ha abarcado pintura, diseño gráfico, mobiliario, interiores e identidad visual. Su estilo, impulsivo, libre y cercano al cómic lo ha llevado a convertirse en un referente internacional, creador de iconos como la mascota Cobi (Juegos Olímpicos Barcelona 1992) y pionero del diseño nacido en su estudio, uno de los primeros en España. Esta semana ha visitado Tarragona para presentar su nueva obra, en exclusiva para el concesionario del Grup Motor Oliva, en Les Gavarres.

¿Qué hace especial esta obra dentro de su trayectoria? 

El pedido y el cliente. No es fácil encontrar un cliente con una delicadeza o una sensibilidad así. Primero, el pedido: es decir, nosotros vendemos coches y los vendemos muy bien, pero queríamos, de alguna manera, que ese momento tan importante para el cliente –como es estrenar un coche nuevo– quedara más marcado con un tipo de regalo o recuerdo. Además, hoy en día la llave ya ni existe: tú aprietas un botón y el coche se abre. Nos hemos quedado huérfanos de regalos como una caja para guardar las llaves o un llavero. Le di vueltas con la idea de encontrar una gran sorpresa, sabiendo que debía adaptarme a un presupuesto. Pensé en otras cosas muy chulas, intenté ajustar los costes, pero al final el botijo era lo único que cuadraba con el presupuesto. Me pareció una idea muy cariñosa y adorable.

Entonces, durante este año ¿cuántos botijos tiene que producir?

No sé si es durante un año o un año y medio, pero me he comprometido durante un año a hacer unos ochocientos botijos.

Su estilo es muy reconocible y me gustaría saber si esta obra nace desde su intuición o si hay un plan anterior.

La forma en la que surgió esta obra fue a partir de querer entender qué es un botijo: cuál es su tipología, cuáles son sus necesidades, cómo entra y sale el agua, el tipo de volumen, cuál es su capacidad... Todo sigue una serie de elementos esenciales que definen lo que es un botijo. El barro que yo quería no pudo ser, porque al colarse necesitaba un barro que no fuera tan poroso, y al hacerlo en el torno, sale igual que todos.

¿En qué momento decidió romper con la forma tradicional y apostar por una reinterpretación más radical?

Yo quería una forma que fuera una destrucción de la clásica del botijo, como si le hubiera pasado un terremoto, que fuera cubista. El cubismo nos da una forma muy diferente de entender la realidad, como si la estuvieras viendo desde cinco ángulos distintos a la vez. Crear ángulos redondos perfectos es algo casi imposible, por eso yo trabajo con una plastilina dura muy buena, que aguanta bien y te permite seguir trabajando al día siguiente. A partir de ahí hice varias propuestas y el hombre que me hace los botijos me dijo: «esto es difícil», a lo que contesté que lo íbamos a hacer, que no quería un botijo aburrido. Este botijo tiene ese punto característico gracias al azul, que es un color que se atribuye a la marca BMW.

¿Cómo sigue cultivando su estilo tan característico después de tantos años?

Trato de variar mi estilo todos los días, como los cantantes. Tenemos un tipo de herramientas que, sin darte cuenta, aplicas más, aunque intentes cambiar para innovar.

¿Qué le sigue empujando a seguir creando actualmente?

La curiosidad de probar cosas nuevas. Por ejemplo, ahora estoy haciendo tinajas, que son milenarias y las hacen en Cadaqués. También vamos a La Rioja, a otra exposición de cerámica sobre una tecnología árabe del siglo X, que durante aquella época se elaboraba mucho y me parece muy interesante. Además, me siguen encargando cosas y estoy pintando más porque tengo tiempo para hacerlo. Estoy a punto de acabar un libro... Vaya, que no paro. Y respecto a la edad, de eso no te das cuenta. Yo sigo pensando que tengo veinte años, lo que pasa es que luego voy a coger algo... y me cruje la espalda.

¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieren empezar a elaborar obras tan artesanales actualmente, en plena era digital?

Nunca me atrevo a dar consejos a nadie, pero si tuviera que dar uno, sería que sean muy felices con todo aquello que hagan. Lo importante es que lo que hagas te divierta, que te lo pases bien. Si no es así, cambia. Si hay algo que te molesta, déjalo y busca otra cosa. Es muy importante que te paguen por divertirte y que nunca pierdas la curiosidad. Sobre todo, hay que ser agradecido. Hay que agradecer, por ejemplo, a tu madre por todos los besos y el cariño del mundo. Antiguamente, hasta los niños trabajaban en las fábricas. Siempre hay que luchar por mejorar. Vivimos en un estado de bienestar y deberíamos sentirnos muy agradecidos.

Javier, ¿cómo se definiría para explicarle a quien no lo conoce quién es y qué hace?

Me definiría como un dibujante que trata de explicar la vida con dibujos.