Gastronomía y tecnología son el eje central de la Semana Catalana de la Exposición Universal de Osaka, que ha arrancado hoy en Japón, hasta el 1 de junio. La muestra, situada en el pabellón de España, propone talleres de pan con tomate, clases magistrales de vino, aprender a pintar como Joan Miró, así como descubrir los vínculos entre la lengua y la arquitectura modernista. Además, los usuarios tendrán a su alcance una interfaz que capta ondas cerebrales y genera una imagen artística de forma personalizada, realizada por Biocat y la empresa Neuroelectrics.
Tarragona, con una presencia diluida y sin cabezas de cartel en la programación, estará presente en Catalunya, terra d’innovació i avantguarda, con la obra arquitectónica de Antonio Gaudí; el Gran Tour de Catalunya, experiencia de realidad virtual con gafas 3D para dar a conocer los atractivos del territorio y captar su esencia; o Joan Miró, genio que realizó una pintura y un mural para la Exposición Universal de Osaka de 1970, expuestos en el Museo Nacional de Arte de la ciudad. La Fundació Joan Miró propondrá a los visitantes talleres artísticos diarios inspirados en la técnica de este mural, así como con las calabazas que transformó en esculturas-capgrossos, también para la Expo del 70.
Antes de la inauguración, no obstante, Carme Ruscalleda y Joan Roca ejercieron el pasado lunes en Tokio como embajadores de la gastronomía, que es la «carta de presentación de la región» ante el mundo, según dijo el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que se encuentra realizando una gira institucional, primero por Japón y después, por Corea. Ruscalleda y Roca prepararon platos para los comensales desde cocinas abiertas y proyectadas en pantallas gigantes, tras ofrecer una breve presentación donde hablaron de la variedad de la cocina catalana o de su atención a los ingredientes frescos y de la tierra, trazando similitudes con la gastronomía nipona. Entre las propuestas de Ruscalleda hubo sus versiones de tapas y platos típicos como ‘bombas’ de la Barceloneta, calçots en su salsa, sardinas esmarris, trinxat de la Cerdanya, judías de Santa Pau con merluza, romesquet de mar y tierra, suquet de pescado y un original xuixo con pato a la naranja. Roca, por su parte, centró sus preparaciones en platos dulces como un postre de leche de oveja texturizada, crema catalana con manzana, torrijas de Santa Teresa o mazapán con piñones, además de un jabalí con champiñones.
El presidente de la Generalitat destacó que Catalunya sea cuna de algunos de los mejores restaurantes del mundo –entre ellos El Celler de Can Roca, Disfrutar o El Bulli–, sin dejar de lado «los menús del día de un establecimiento de barrio» o «el restaurante familiar de toda la vida».
Las catas y talleres de cocina serán diarios y los llevará a cabo el chef catalán residente en Japón, Josep Barahona, pionero en instalar la cocina catalana en el país asiático, donde trabaja desde hace 25 años. Las clases magistrales de vino las impartirá el sumiller Óscar Salmerón, consejero delegado de la importadora de vinos catalanes en el mercado nipón Romea Wines.
Actuaciones musicales
La innovación tecnológica también tendrá un papel clave con actividades centradas en la inteligencia artificial y su aplicación ética y creativa. Mientras, en el escenario exterior del pabellón de España presentarán espectáculos gran parte del día artistas catalanes como la cantante aranesa Alidé Sans y la rumba de Muchacho & Los Sobrinos, que ofrecerán dos espectáculos musicales. La franja de la tarde, sin embargo, seguirá ocupada por la actuación de flamenco, que cada día reúne a una multitud de público japonés. El mismo espacio también acogerá la danza contemporánea de Pere Seda y de la Wonderground Company.
