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Nicolas Feuz: «Cada vez es más difícil cometer el asesinato perfecto»

Es el autor de ‘El Filatelista’, en catalán y castellano, primer thriller publicado por Joël Dicker como editor

16 enero 2025 20:13 | Actualizado a 17 enero 2025 07:00
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El escritor suizo Nicolas Feuz puede presumir de ser el gran fichaje de Joël Dicker como editor. Su novela El Filatelista/El Filatèlic (Alfaguara/La Campana) es el primer thriller publicado por el superventas suizo como editor y también es el primero de este autor que llega a nuestro país. Feuz, escritor y fiscal, empezó a autopublicarse sus propios thrillers en 2010, hasta que fue requerido por las editoriales. En El Filatelista un asesino en serie aterroriza Suiza durante las Navidades con una crueldad comparable a la que muestra Pierre Lemaitre en sus historias.

¿Pretende hacerle la competencia a su editor?

No. Por supuesto que no. En realidad, me encantaría, pero vamos a ser realistas. Por un lado, Joël ya tiene unos lectores muy fieles en muchísimos países. Y por otra parte, él escribe novelas más policíacas, un poco más suaves que lo que yo escribo y, por tanto, más accesibles a un público más grande. Yo soy un poco más negro, más violento y ahí tienes que prescindir de una parte de lectores, un poco más sensibles.

¿Es necesaria tanta violencia como la que muestra su asesino?

No me gustan las escenas de violencia gratuitas. Para mí, tienen que servir a la historia. Por ejemplo, para explicar la psicología de un personaje. Personalmente, soy un fan de los thrillers desde que tenía 15 años, me gusta Seven, con Brad Pitt y Morgan Freeman, donde tenemos esos asesinatos rituales que son una locura, escenas que marcan la psique del espectador o de los lectores, en el caso de los libros. También estoy más cómodo describiendo escenas de un crimen que ya ha sucedido porque eso encaja mejor con mis funciones de fiscal en la vida real.

$!Nicolas Feuz: «Cada vez es más difícil cometer el asesinato perfecto»

Desconocía esta función del fiscal...

A mí la policía me llama para que acuda al escenario de un asesinato que ya se ha cometido. Como fiscal nunca me enfrento a una escena activa de tortura. El único caso activo que recuerdo fue la toma de unos rehenes y lo que vi fue la intervención de la policía. Pero mi madre ya me ha echado la bronca, me ha dicho ¿es necesario tanto horror, tantos detalles? No, no hay ningún tipo de obligación, pero lo disfruto.

Rehenes, asesinatos... No es la imagen que tenemos aquí de Suiza.

Es cierto que tiene una imagen de país tranquilo, sin criminalidad. Muchas veces los franceses o los belgas me dicen que como soy fiscal en Suiza no trabajo. Pero en realidad, tenemos asesinatos y mucho tráfico de drogas. Hay mucho dinero. En ciudades como Zúrich o Ginebra hay muchísima cocaína circulando. No es Marsella, efectivamente, pero sí que tenemos asesinatos por ajustes de cuentas relacionados con las drogas. Y también hay otros elementos generales conocidos por todos los países del mundo como la problemática de la violencia en la pareja, que puede causar daños, amenazas verbales, palizas, acoso y, dentro de los casos más graves, feminicidios. Y Suiza también atrae mucho a la mafia. Hay muchas mafias del mundo que están presentes en el país y nos damos cuenta de que no necesariamente cometen asesinatos en Suiza, pero sí aprovechan para blanquear su dinero. Entonces, es verdad que tenemos una apariencia bastante prolija desde fuera, pero nos gusta mucho meter el polvo debajo de la alfombra.

«El feminicidio es algo horrible. Tenemos la impresión de que los jóvenes, en especial los hombres, no son capaces de gestionar su frustración»

¿Un asesino en serie siempre es más inteligente que sus captores?

En la vida real, en los asesinatos que he presenciado o he gestionado, rara vez he visto asesinos muy inteligentes. La prueba es que se les arresta muy rápido porque cometen errores y porque en el mundo moderno, con las técnicas de la policía científica, a día de hoy, con toda esta huella digital que dejamos con nuestros dispositivos, cometer el asesinato perfecto cada vez es más difícil. De todas formas, hay personas que tienen cierta disfunción dentro del entorno psicológico y que pueden tener cierta inteligencia.

Como buena novela negra, trata muchos temas sociales.

Intento aprovechar este terreno para lanzar temas de actualidad y denunciar disfuncionalidades. En la sociedad tenemos muchos problemas, pero el feminicidio es algo horrible. Tenemos la impresión de que los jóvenes, en especial los hombres, no son capaces de gestionar su frustración. No saben admitir una ruptura o un divorcio y utilizan la violencia para gestionarlo. No saben gestionar los celos. ¿Qué es lo que va a ser de los jóvenes que cada vez más viven en el espacio virtual? Tal vez hablan mucho por mensaje, pero no quedan para verse. Me da miedo, la verdad. Quizás me estoy equivocando totalmente. Pero es un tema que estoy tratando en mi próxima novela. No solo el feminicidio, sino también el stalking.

¿‘Stalking’?

El acoso psicológico. A veces no conlleva amenazas verbales o heridas físicas, de palizas o bofetadas. A veces no conlleva contacto físico. Es ejercer una fuerza sobre el más débil y en la mayoría de casos del hombre sobre la mujer. Por ejemplo, el hombre que sigue a su ex todos los días por la calle, que vigila sus gestos, que intenta tener contacto con ella constantemente, que le hace saber que está ahí, que sigue vigilando su vida. Es probablemente incluso peor que una amenaza directa. Y tengo la sensación de que cada vez más vamos a ver este tipo de situaciones. Y de hecho, la policía cada vez hace más trabajo de prevención para evitar estas situaciones.

Su inspectora de policía, Ana Bartomeu, tiene apellido catalán.

¿Catalán? Tal vez es catalán, pero tuve un acusado portugués que se apellidaba Bartomeu.

Ha tirado de arquetipos como el alcoholismo.

Me gusta recordar que en la vida real la mayoría de los policías funcionan muy bien, trabajan muy bien, son personas equilibradas que tienen una vida familiar, buena apariencia...

$!Nicolas Feuz: «Cada vez es más difícil cometer el asesinato perfecto»

... Pero...

Nos gusta también tener policías o investigadores que han sido un poco heridos por la vida. Es verdad que con Mitch he utilizado esa caricatura que siempre me he prohibido usar en otras novelas. La del policía alcohólico y que es algo que me suele molestar ver en las películas o en las novelas porque creo que no muestra la realidad de la vida. No quería hacer que Mitch fuera un alcohólico sin más. Es básicamente una reacción en base a una acusación que él cree injusta, en relación a un feminicidio en el que ha estado trabajando y que ha llevado a que lo aparten del caso.

¿Y Ana?

No quería que fuera alcohólica. Me inspiré en una persona que conozco. Una mujer que ha dejado a toda su familia, a su marido y a sus hijos para vivir una aventura amorosa con otra mujer. Lo que me parece más horrible en este tipo de situación es que los niños, al final, dejan de hablar a sus padres. Cuando los hijos deciden cortar el contacto con el padre, es duro. Pero creo que cuando dejan de tener contacto con la madre, es incluso más duro. Y quería mostrar este lado solitario de Ana, que vive con su gato, que se consuela con la comida, que no es saludable y que mira culebrones que no le nutren el acervo. Es algo que le puede ocurrir a muchas personas.

¿Por qué un filatelista ahora que nadie envía cartas?

Efectivamente, es algo del pasado. Cada vez hay menos sellos en el mundo de hoy. Fui filatelista cuando tenía 13 o 14 años. Este libro fue una sugerencia de Correos Suiza, quienes me lanzaron el desafío de escribir una novela policiaca sobre el universo de Correos. Al principio les dije que no, porque quería conservar mi libertad sobre lo que quería escribir y tras insistirme, accedí siempre que yo pudiera elegir el ángulo de ataque. Y les pedí que me abrieran las puertas del Centro de Clasificación de Paquetes, cuyo funcionamiento se puede ver en el libro. Pero es verdad que cuando le di el título al libro, me dije a mí mismo que atraería más a las generaciones más mayores que a las nuevas.

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