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Entrevista

Gerard Garriga: "He vivido un sueño"

El futbolista de El Morell, actual futbolista del Auckland City, ha disputado el primer Mundial de Clubes de la historia que conquistó el Chelsea

Gerard Garriga en un duelo ante el Benfica en el Mundial de Clubes.

Gerard Garriga en un duelo ante el Benfica en el Mundial de Clubes.Cedida

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Jordi Perez

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Gerard Garriga es un futbolista de El Morell que actualmente juega como mediocampista en el Auckland City de la National League neozelandesa. Nació en el Morell el 28 de mayo de 1993 y de pequeño jugó en las categorías inferiores del Nàstic de Tarragona. 

En 2012 debutó como futbolista en el Atlétic Alpicat de la Segunda Catalana, equipo con el que consiguió la promoción a Primera Catalana en la temporada 2015-1016. Un par de años más tarde, en el 2017 decidió poner rumbo a Nueva Zelanda tras la recomendación de un amigo suyo. Desde aquel entonces ha pasado por las filas de clubes como el Western Springs AFC y el Waitakere United hasta firmar por su actual club y el mejor equipo de Nueva Zelanda, el Auckland City, en 2022. Un conjunto que ha disputado el primer Mundial de Clubes de la historia, con Gerard como pieza fundamental.

Actualmente vive en Nueva Zelanda desde 2017. ¿Cómo acaba allí?

Yo había estudiado INEF, había hecho el master, y tenía la intención de ir a Londres a aprender inglés. Estuve tres años de coordinador en el Atlétic Alpicat y jugando, tenía pocas vacaciones y justo entonces un amigo del Alpicat que había estado en Nueva Zelanda me convenció de no ir a Londres, sino ir a Nueva Zelanda. Evalué el exotismo de ir a la otra punta del mundo y decidí ir allí a aprender inglés y poco a poco fueron surgiendo las cosas.

Es muy distinto el estilo de vida allí comparado con el de España?

Sí, mucho, mucho. La sociedad es muy distinta, el día a día también, la comida es distinta, la cultura también. Todo es distinto… estás en la otra punta del mundo.

¿Cómo lleva el hecho de vivir a tantos kilómetros de distancia de su familia?

Pues sí, lo más duro es la distancia. Claro, si estuviera por Europa pues algún fin de semana, alguna celebración, podría venir, pero estar a más de 20 horas de vuelo… no es fácil, no. Te pierdes navidades, te pierdes aniversarios, circunstancias familiares. Sin duda alguna es lo más duro de todo, estar lejos, el día a día, y estar con 12 horas de diferencia horaria.

¿A qué se dedica a parte de ser jugador?

Actualmente trabajo como entrenador del club y lo que hacemos es que por las tardes entreno en la academia con los niños y por las mañanas el club tiene un programa de promoción del futbol en el barrio y vamos con algunos jugadores del equipo a promocionar el futbol y a enseñar los valores del deporte y del futbol ya que es un barrio un poco degradado de la ciudad.

¿Le resulta complicado compaginar esto con los entrenamientos?

No, para mi es muy fácil porque al final dependo del club y el club me ayuda y lo gestiona perfectamente. Los colegios los hacemos por la mañana, los entrenos de la academia los hacemos por la tarde y acabamos a la cinco y media y entonces a las seis y media empezamos los entrenos como jugador del primer equipo.

Gerard Garriga aplaude antes de un partido en el Mundial de Clubes.Cedida

Y ahora que habla de torneos, preguntándole por el Mundial de Clubes, ¿cómo recibió la noticia, primero, de saber que ibais a participar en este mundial?

No fue una sorpresa porque la gente tal vez no lo sepa, pero nosotros desde el 2021 el torneo ya sabíamos que existía, entonces sabíamos que había una plaza para Oceanía y sabíamos que si ganábamos nos clasificábamos, así que después de ganar las dos Champions de Oceanía que nos tacaban sabíamos que nos íbamos a clasificar, lo que ocurre es que en Europa no tenían esa constancia. Para nosotros no fue una sorpresa, fue un trabajo de cuatro años, de ganar la segunda y la tercera Champions y allí ya sabíamos que estábamos clasificados. Entonces al año siguiente volvimos a ganarla en Tahití, pero cuando ganamos la segunda Champions tuvimos una alegría inmensa porque sabíamos que existía este mundial de clubs y me propuse intentar aguantar para formar parte del equipo y jugarla, pero no fue ninguna sorpresa porque tuvimos que trabajar y clasificarnos.

Repasemos los partidos que jugaron… lograron un empate muy merecido contra el Boca Juniors, ¿Cuál fue el planteamiento táctico?

Nosotros llegamos dos semanas antes de empezar el torneo, entonces nuestro planteo era muy distinto al que teníamos en Nueva Zelanda. Allí somos un equipo que domina, que tiene el balón, y aquí fue totalmente distinto. Es decir, tuvimos una formación más defensiva 5-4-1, trabajamos mucho el bloque bajo porque sabíamos porque nos enfrentaríamos con equipos muy fuertes arriba.

El hecho de jugar con tantos equipos europeos y sudamericanos de máximo nivel, y con tanta gente en el estadio... ¿les hizo aumentar los nervios?

No, mi sensación personal es que no. Piensa que yo ya había jugado tres mundiales de club anteriormente, había jugado delante de 66.000 personas, contra jugadores de la talla de Benzema y, bueno, es cierto que el primer partido del primer año sientes más los nervios, pero ahora la verdad es que no he notado los nervios. Fui a disfrutar igual porque ya tengo 32 años y sabía que, por tanto, tal vez ha sido la última oportunidad de disfrutar de algo así. Nervios no, ganas de jugar. Cuando sales, ves el campo lleno y ves a jugadores del nivel de Müller, de Harry Kane hace mucha ilusión, a nivel personal es de los más importantes que he jugado nunca, y tuve la suerte de no sentir nervios. Antes del partido tal vez una cierta sensación de vértigo, pero en el campo cero nervios.

Cuando sales, ves el campo lleno y ves a jugadores del nivel de Müller, de Harry Kane hace mucha ilusión

Y ahora que ha mencionado a estos jugadores, ¿Cuál ha sido el jugador que más le ha impresionado en el terreno de juego en este Mundial de Clubes?

Bueno, creo que la plantilla del Bayern nos sorprendió mucho; el nivel, la agresividad, los extremos, que nos hicieron mucho daño porque rompían líneas con conducción. Fue muy sorprendente… y después sobre todo detrás, los defensas centrales, la agresividad, lo fuertes que eran.

¿Cómo ha llevado el retorno a la rutina después de unas semanas tan emocionantes?

He tenido la suerte que he venido unos días a casa entonces no he sentido el golpe de volver a la rutina. Es cierto que otros mundiales que hemos jugado no han tenido la exposición mediática de este mundial de clubs, vienes de la burbuja de la FIFA dónde te tratan como a profesionales de élite, vives un sueño y ahora vienes al aeropuerto y volverás a levantarte a las siete de la mañana para volver al trabajo. Hay que entender lo que hemos experimentado como un sueño que hemos tenido la oportunidad de vivir. Ahora nuestra realidad es la liga de Nueva Zelanda, que es la competición que tenemos que ir a ganar.

Hay muchos jóvenes que juegan al futbol en categorías inferiores que tienen el sueño de jugar contra equipos de élite. ¿Qué consejo les daría para convertir este sueño una realidad?

Hay maneras de llegar arriba: creer en tu mismo, trabajar duro; lo que siempre digo es el hecho de seguir trabajando y que si yo lo he conseguido lo puede hacer cualquiera porque yo el primer año de juvenil estaba jugando en segunda división de Catalunya con mis amigos en el pueblo y no era ningún jugador especial… me motivaba lo que hacía y cuando llegué a Nueva Zelanda muchas veces me dijeron que no, pero en vez de decaer intenté demostrarme a mi mismo que era capaz y que podía jugar en primera división porque tenía capacidad. Al final fui MVP en una liga, en la final de una Champions, y pude ganar muchos títulos. ¿Qué es muy difícil? Sí. ¿Qué he tenido mucha suerte? También. Pero si tienes perseverancia, crees en ti mismo y sigues luchando al final los sueños se cumplen y yo soy un ejemplo de ello.

Por último ¿le gustaría, cuando cuelgue las botas, ser entrenador?

Bueno, no lo sé, tal vez sí, a mí el futbol me gusta mucho y ahora mismo me gusta mucho entrenar a niños. No sé hasta que punto tendría la capacidad de gestionar egos que creo que es lo más difícil en el mundo del futbol de élite. Es una opción de futuro, no lo descarto.