La previa del Andorra-Nàstic de Tarragona: El play-off en juego
Los granas no ganan como visitantes desde el 2 de febrero y visitan a un rival directo en el play-off que solo ha perdido un partido como local en toda la temporada

Roberto Torres antes de lanzar un córner ante el Real Unión.
Hay días en los que todo puede cambiar. Lo imposible se vuelve más posible y lo irreal se convierte en más real. El Nàstic de Tarragona acude a Andorra con la intención de conseguir una victoria que dibujaría un camino diferente en las tres jornadas de temporada que restan por delante. Ganar significaría dar un paso de gigante en la clasificación para el play-off, pero también permitirse el lujo de vislumbrar el ascenso como una posibilidad no tan remota. Con el Nàstic ya nadie cuenta en esas quinielas. Los focos apuntan a la Cultural Leonesa y la Ponferradina. En esa tesitura, el conjunto tarraconense sería muy peligroso, porque lo que está muerto ya no se puede matar.
No obstante, para soñar con ese escenario toca primero dar ese golpe en la mesa que se viene resistiendo desde hace varias semanas. Nadie duda de la versión local del Nàstic. Un equipo que comparece, atropella y se marcha con una sonrisa inocente del terreno de juego. Gana porque es mejor y juega con el convencimiento de ello. Eso le ha permitido encadenar cinco victorias seguidas en el Nou Estadi y sumar tres goleadas consecutivas, impropias de una categoría en la que todo se decide por detalles, como es la Primera RFEF.
Sin embargo, el Nàstic muestra un rostro totalmente diferente lejos de casa. Allí las flores se marchitan y la primavera no aparece, porque el invierno sigue siendo frío y triste. El equipo de Dani Vidal baja sus prestaciones porque pierde mucha competitividad. Siempre aparecen esos errores individuales que entierran las esperanzas de sumar una victoria tan necesaria fuera de casa, tanto en lo matemático como en lo anímico.
Andorra no parece el escenario más oportuno para acudir con aires de optimismo y grandeza, pero el Nàstic ya no puede titubear más. Fuera de casa no gana desde el 2 de febrero en Balaídos ante el Celta Fortuna, y se ha demostrado que comparecer en los feudos rivales con el miedo en el cuerpo no sirve de nada. Por eso, el camino hacia la victoria está claro: hay que ser valientes.
El Andorra es un rival de máxima exigencia y uno de los pocos equipos que pueden compararse con el Nàstic en su faceta como local. Los de Beto Company solo han perdido un partido en toda la temporada en su feudo, y fue ante el Bilbao Athletic, un filial vasco que también conquistó el Nou Estadi. A pesar de ello, los granas siguen teniendo un mejor ritmo de puntuación como locales.
Más allá de eso, el Andorra-Nàstic es un duelo directo de máxima responsabilidad para ambos equipos, ya que la victoria vale doble. Son dos equipos consolidados en las últimas semanas en el play-off y a los que solo separan dos puntos en la clasificación. El Nàstic es tercero con 54 puntos, está a siete del líder y tiene un margen de tres sobre la sexta plaza. El Andorra es quinto con 53 puntos, está a ocho del líder y su colchón sobre el sexto clasificado es de solo dos puntos. En otras palabras, la igualdad es total.
Para el duelo de esta tarde, Dani Vidal recupera a Pol Domingo, así que la única baja será la de Borja Granero, que ya lleva varias semanas en el dique seco y no volverá a estar disponible en lo que resta de curso. Todo apunta a que el 4-4-2 volverá a ser el esquema utilizado por un Nàstic que sueña con conquistar esa victoria foránea que tanto desea.