Noemí Llauradó es de las que empieza el día con su dosis imprescindible de café, aunque matiza que pequeña. Más bien: un vaso de leche fría con un ‘poquito’ de café. Lo hace cada día, como un ritual, después de levantarse minutos antes de las siete de la mañana y mientras desayuna con su hija pequeña. De hecho, su familia es «lo más importante», dice, por lo que intenta compartir momentos con ellos a diario porque «me hacen mantener los pies en el suelo».
Está casada, y no con un reusense, sino que es de El Pla de Santa Maria, pero destaca que «siempre se ha implicado mucho con la ciudad», bromea. Su hija mayor tiene 21 años, la menor, 15, y sus padres son «mi pilar». Tula también forma parte de la familia. Tiene 15 años y es una tortuga. Explica que fue un regalo para su hija mayor cuando nació la pequeña. «Ella quería un perro, pero en un piso no lo veíamos claro. Lo negociamos y al final optamos por la tortuga que, por cierto, nos hace mucha compañía», asegura.
Nacida en Reus en junio de 1978, Llauradó es licenciada en Derecho por la Universitat Rovira i Virgili y máster en Abogacía por la Universitat Oberta de Catalunya. Milita en ERC desde 2003, actualmente es vicealcaldesa de Reus y presidenta de la Diputació de Tarragona. Entre sus aficiones destaca el cine, el teatro, ver series... «¡Todo muy normal!», exclama con una sonrisa. Lo que le encanta es la música, y no cualquier grupo edulcorado, sino que le va el rock y el rock duro. Sus grupos favoritos son Barricada, Extremoduro... A nivel catalán, Los Pets, aunque ahora está también descubriendo las nuevas tendencias a través de sus hijas. «Tengo la suerte de estar rodeada de gente joven y me voy poniendo al día», dice.
Es así cómo se ha enganchado a The Tyets y enumera algunas canciones, como De l’1 al què, Coti x Coti... De hecho, le gusta descubrir a nuevos artistas y recuerda que su último concierto fue de Ernest Crusats, en el Institut Pere Mata. No lo conocía «y me gustó mucho», admite. El próximo que tiene programado es cara el verano. Será el Canet Rock, donde irá con su familia, pero no se olvida de los conciertos de Festa Major, que son con los que más disfruta.
Su gusto por la música también influye en sus preferencias cinematográficas, optando por las películas biográficas de músicos, destacando Bohemian Rhapsody, de Freddie Mercury, o Rocket Man, de Elton John, entre sus películas favoritas.
Bailar es otra de sus aficiones. De pequeña hizo danza clásica en la Escola Artis, y aunque ya no la practica, baila siempre que se da la oportunidad, aunque sea a ritmo de zumba, porque «es un tipo de actividad que combina el deporte con el baile».
La candidata de ERC también practica(ba) Body Combat, aunque ahora está en paréntesis «y mi monitor ya me echó la bronca», exclama. No obstante, ha tenido que priorizar porque, como explica, ahora mismo su principal atención es la ciudad. «Así lo vivo y, habiéndolo hablado con la familia, lo entienden y son conscientes». No es fácil combinar vida política y familiar, pero «se tienen que encontrar horas para hacerlo compatible».
A pesar de su día a día atareado, lleno de reuniones, encuentros, eventos, actos de ciudad... Noemí Llauradó intenta guardar un espacio para la lectura, aunque reconoce que «tendría que leer más». Su última adquisición fue por Sant Jordi, con La pensió d’alemanys, de Montserrat Corretger. Un libro que le hace especial ilusión porque «Corretger fue profesora mía en el instituto».
Como ‘buena’ reusense, Noemí Llauradó no duda en apostar por el vermut de Reus al mediodía. Y qué mejor que hacerlo en la plaza del Mercadal, su espacio favorito de la ciudad que define como «el corazón», el «kilómetro cero». Es aquí donde tiene lugar la Tronada, el acto de la Festa Major de Sant Pere que la candidata de ERC no se permitiría el lujo de perderse nunca. Es «’pell de gallina’» y, sobre todo, «cuando se recuperó después de la pandemia. Me emocionó mucho». Relacionado con la Festa Major, ¿Cuál es su elemento festivo favorito? No lo duda: el Àliga. «Es muy solemne», opina. Otro apunte: si tiene que escoger una cerveza, ésta que sea artesanal y, más concretamente, las lambic. No obstante, aclara que «evidentemente», si tiene que escoger se queda con el vermut y que sea de Reus.