Defensa
Sánchez afirma que el acuerdo con la OTAN permite cumplir compromisos sin gastar más
El presidente ha hecho esta consideración en una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa

Captura de video de la declaración institucional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este domingo en el Complejo de La Moncloa
El presidente anuncia que España no deberá llegar al 5%, ya que "sería incompatible con nuestro estado de bienestar", pero que aportará más capacidades militares Bruselas/Madrid, 22 jun. (COLPISA, Olatz Hernández/Fernando Morales) Finalmente no ha hecho falta un enfrentamiento cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo estadounidense Donald Trump en la cumbre de la OTAN que se celebra mañana y pasado en La Haya. El jefe del Ejecutivo anunció de urgencia ayer por la tarde, en una declaración institucional, que España ha pactado con la Alianza una "mayor flexibilidad" para no alcanzar el objetivo de elevar el gasto militar al 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) previsto en la declaración final de la reunión. Sánchez y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, acordaron sacar al socio del sur de esta ecuación y fijaron su inversión en defensa en el 2,1%, que vendrá acompañado no obstante de una mayor contribución de tropas y material militar en las misiones. España, a la cola en inversiones militares, fue el país que más fuertemente rechazó el plan de Rutte y de EE UU para elevar las el gasto en defensa al 5%. Sánchez admitió que el acuerdo alcanzado es "muy positivo", ya que va a permitir a España "cumplir con sus compromisos y preservar la unidad de la Alianza" sin empeñar la economía nacional. Los retoques hechos a la declaración final de la cumbre, fruto de una "negociación diplomática discreta", permitirá dedicar el porcentaje acordado bajo la condición de que cumpla con las capacidades militares.
De este modo, el compromiso del 5% no lo adquirirán todos los países y, según dijo ayer Sánchez, a España le bastará con aumentar su gasto al citado 2,1% para cumplir los objetivos marcados por la Alianza para el periodo 2026-2029. Un porcentaje asumible después de que el Ejecutivo se comprometiera a invertir 10.000 millones de euros para llegar al objetivo del 2% este año.
El pacto llega después de la negativa rotunda de Sánchez y el encontronazo con el inquilino de la Casa Blanca, que apuntó que la OTAN "tendrá que lidiar con España", a quien criticó porque "siempre ha pagado muy poco". El acuerdo marca también la agenda del Gobierno, tras una semana dura salpicada por los escándalos del 'caso Koldo' y de la dimisión de Santos Cerdán.
Inestabilidad mundial Con la cumbre de la OTAN de 2018 en el recuerdo, en la que Trump amenazó con que EE UU se marcharía si no se aumentaba el gasto en defensa, Rutte no ha querido dejar nada al azar y ha planificado una cumbre corta, a la que los líderes llegan con las conclusiones aprobadas. La adopción voluntaria del 5% para 2032 despeja el camino para que los países que no llegan al 2% y aquellos que lo sobrepasan ligeramente puedan apoyar el texto final. Actualmente, solo los bálticos y Polonia se encuentran cerca del 5%. Otros como Reino Unido, Grecia, Francia e Italia se muestran comprometidos, pero cuentan con un estrecho margen fiscal para lograrlo.
Habrá otras cuestiones de fondo, como la guerra entre Irán e Israel y la intervención de EE UU en el conflicto, que podría generar tensión entre los aliados. A diferencia de la cumbre de Madrid, en este encuentro la guerra entre Rusia y Ucrania pasará a un segundo plano y la participación de Kiev y del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se llevará a cabo en los márgenes, sin apenas presencia en las conversaciones. El acuerdo con la OTAN anunciado ayer por Sánchez supone además una noticia "muy positiva" para el Gobierno, que va a seguir con su idea de elevar el gasto en defensa al 2% a finales de año, ya que de lo contrario el 5% "sería incompatible con el estado del bienestar", porque "haría enviar más dinero a la industria de otros países y dañaría nuestro crecimiento a corto y largo plazo, aumento de la deuda y déficit público y falta de inversión en otros sectores".
Para justificar el rechazo inicial, Sánchez negó que en su ánimo estuviera bloquear la cumbre, aunque reiteró que si España tuviera que gastar un 5% "supondría invertir 350.000 millones de euros más o lo que es lo mismo, subir a los trabajadores unos 3.000 euros anuales; eliminar las prestaciones por desempleo y enfermedad; recortar un 40% las pensiones o recortar a la mitad la inversión en educación".
Según el jefe del Ejecutivo, "la clave no es gastar mejor, sino gastar juntos". Por ello, ha indicado que "precipitarnos de forma artificial a un 5% no nos ayudaría a cumplir ninguno de los objetivos, sino al contrario". Más aún, justificó, cuando cada país "tiene realidades económicas diferentes, y por lo tanto pueden entregar capacidades similares con un gasto diferente en porcentaje de PIB".