Cierre de puertas: los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa
Los cardenales se encaminaron hacia la Sixtina a las 16.30 horas tras permanecer cerca de 15 minutos en la cercana capilla Paulina para una oración inicial oficiada por el secretario de Estado, Pietro Parolin
Los 133 cardenales electores comenzaron la procesión que desde la Capilla Paulina les llevará a la Capilla Sixtina, donde ya se han encerrado en el cónclave que elegirá al 267 papa de la historia de la Iglesia Católica para una primera votación en busca del sucesor de Francisco.
Los cardenales se encaminaron hacia la Sixtina a las 16.30 hora local (14.30 GMT) tras permanecer cerca de 15 minutos en la cercana capilla Paulina para una oración inicial oficiada por el secretario de Estado, Pietro Parolin, primero de los cardenales obispos, pues el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, es mayor de 80 años y no puede participar en el cónclave.
Antes de la procesión, Parolin les recordó en latín que entrarán en cónclave “para elegir al Romano Pontífice“ y que “toda la Iglesia está unida a ellos en oración invoca la gracia del Espíritu Santo para que sea elegido un digno pastor del rebaño de Cristo“.
Después comenzó la procesión, encabezada por una cruz, seguida de los miembros de la Capilla Musical Pontificia, algunos prelados, los ceremonieros, así como el Maestro de las Celebraciones Pontificias, Diego Ravelli, y el padre Raniero Cantalamessa, encargado de la meditación que escucharán los cardenales antes de votar.

Detrás iban los cardenales, en orden inverso de precedencia: primero los de la orden de los diáconos, seguidos de los presbíteros y de los obispos, mientras que respondían a la “Letanía de los santos”, en la que invocan la ayuda de los grandes santos de la historia del cristianismo.
La procesión salió de la Capilla Paulina, que recibe su nombre del papa Pablo III, quien hacia el año 1540 encargó su construcción y que cuenta con dos imponentes frescos de Miguel Ángel —“La conversión de San Pablo“ y “La Crucifixión de San Pedro“— hasta llegar a la Sixtina, atravesando la Sala Regia.
También allí los cardenales electores concelebran la misa 'De Spiritu Sancto' todos los días del cónclave para invocar la ayuda de Dios.
Una vez que han entrado todos en la Sixtina, se ha invocado la ayuda del Espíritu Santo cantando el “Veni Creator” (”Ven Espíritu creador”), himno en latín con el que se solicita solemnemente su presencia y ayuda, y se procede al juramento.
Los 133 cardenales han prestado juramento antes de que se cierren las puertas de la Capilla Sixtina y se de por empezado el cónclave.
Los pupurados se han comprometido a observar las reglas del cónclave y quien salga elegido “a cumplir la misión encomendada por Jesús al apóstol Pedro”, así como a guardar “el secreto” sobre “todo lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio”, entre otras cosas.
A continuación, los cardenales electores se han puesto en fila según el orden de precedencia y se han acercado a un volumen de los Evangelios apoyado sobre un atril en el centro de la Sixtina. Allí se apoya una mano sobre el libro y se presta juramento con la fórmula siguiente: “Y yo (nombre), Cardenal (apellido), prometo, me obligo y lo juro. Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.
Tras el juramento están listos para empezar a votar.
Los cardenales se han encerrado en la Capilla Sixtinaa las 17:46 horas para empezar el cónclave, después de que el maestro ceremoniero cerrara oficialmente sus puertas.
El maestro de Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, pronunció la fórmula en latín, “Extra omnes” (fuera todos), para pedir a todo aquel ajeno al cónclave que abandonara la capilla.
Se prevé que ya esta tarde lleven a cabo la primera votación y, como indica la tradición, los purpurados anunciarán el resultado con el color del humo de sus papeletas quemadas (y usando químicos) a través de una chimenea instalada en el tejado de la Sixtina: blanco es que habrá acuerdo; negro, que el cónclave continuará.
El nuevo pontífice deberá reunir al menos 89 votos, dos tercios de los 133 electores totales.
En caso de que esta tarde no haya acuerdo, 'fumata' negra, las votaciones proseguirán desde mañana y los dos días siguientes, dos por la mañana y otras dos por la tarde, hasta designar un nombre.
Los purpurados saldrán de la Capilla Sixtina para cenar y dormir, pero siempre dentro del territorio vaticano, menos de medio kilómetro cuadrado en el centro de Roma, pues tienen prohibido abandonarlo o comunicarse con el exterior so pena de excomunión.