¿Quién fue el primero en lanzar redes en Calafell?

Reportaje. En el siglo XVI la actividad agrícola era el sustento. En documentos de 1565 sólo consta un pescador. El señor feudal había autorizado a pescar y cazar

El campo no daba para mucho. En el XVI en Calafell principalmente se cultivaba cáñamo, la xeixa, trigo, cebada y espelta. Y ajos, lentejas, judías y garbanzos, además de la oliva. La viña aún era minoritaria. Algunos vecinos disponían de un corral en el interior del pueblo para proteger a gallinas, conejos, cerdos, ovejas y cabras de los depredadores y de los ladrones. La caza de conejos y perdices ayudaba, pero, ¿y la pesca?

El poeta Carlos Barral explicaba siglos después que Calafell era una de las playas con más madera por la cantidad de barcas de pesca que reposaban en la arena. La esencia de Calafell es marinera. Pero, ¿lo fue siempre?

El historiador Joan Santacana explica en su blog Didáctica del Patrimonio Cultural que en un capbreu de 1565 sólo consta un pescador. Los capbreus son inventarios de tierras y casas que el Señor feudal cedía al labrador. Del documento se concluye que la única familia de pescadores era de la Pere Llopis.

Marismas

La actividad principal era la agricultura, pero el Señor de Calafell autorizó a la población, dos siglos antes, a pescar en las marismas y a cazar a cambio de un tributo.

En 1565 en Calafell vivían 32 familias dependientes del señor del castillo Bernat Pelegrí. Había otras tierras de otro señor en lo que hoy es Segur. Tres familias vivían en Montpaó, cuatro en el Mas de la Serra de la Graiera y otra en El Vendrell. Por lo que 24 familias dependían de Bernat Pelegrí.

Las marismas fueron cada vez más escasas, no había aportaciones de agua y la que había se corrompía. Eso motivó que nadie quisiese instalarse en unos terrenos que en los siglos XI y XII fueron apreciados por la abundante caza y pesca.

Piratas

Pero a mediados del XVI eran de agua estancada y foco de paludismo. Además los piratas del norte de África acostumbraban a realizar incursiones para saquear y secuestrar.

Pere Llopis, por sus propiedades agrícolas de secano, debería ganarse la vida pescando «y probablemente vendiendo el pescado a los vecinos del pueblo e incluso en El Vendrell» y para su conservación emplearía la sal.

Santacana señala que Llopis no tributa censos al señor. Dice tener, como usufructuario de su esposa, una casa con un corral entre lo que hoy son las plazas de Catalunya y de la Constitució, dos jornales de tierra además de otro terreno de un jornal y dos campos con olivos.

Todavía no se construían barracas o ‘botigues’ frente al mar por el tamaño de las marismas. «Seguramente Pere Llopis tendría un laut». En todo caso la pesca sería una actividad complementaria. Santacana aventura que Pere Llopis estaría muy atareado pero que tres o cuatro noches a la semana iría a pescar.

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