La algarroba, una delicia fea y llena de arrugas

Altafulla acogerá, entre el 21 de este mes y el 6 de noviembre, las IV jornadas de la algarroba. Hay 8 restaurantes participantes

Yo no sé a ustedes, pero lo que es a mi, jamás –y cuando dijo jamás, es jamás de los jamases– se me habría ocurrido zamparme algarrobas. Por dos motivos muy simples: uno, porque siempre he creído que son ‘comida para animales’. Y dos, porque personalmente no soporto su olor. Hoy puedo anunciarles, y a grito pelado, que me desdigo del primer motivo. En cuanto al segundo mejor dejarlo como está.

Las jornadas gastronómicas de la algarroba que se celebrarán en Altafulla a partir del viernes y hasta el 6 de noviembre son las culpables de este cambio tan brusco en mi concepto sobre este fruto. Un fruto que, como muy acertadamentre describió el concejal de Comercio y Turismo del Ayuntamiento, Jaume Sánchez, es «feo y arrugado». Pero, ¡no! No cometan el mismo error que yo y no se queden solo con eso. Resulta que la vaina de la algarroba esconde un valioso tesoro en su interior: la goma de garrofín, un espesante natural que procede de su semilla y cuyos usos gastronómicos son incontables y muy, muy saludables –aparte de riquísimos–.

Esto es solo una parte de lo que explicó el doctor en Ingeniería Agrónoma y embajador de las jornadas, Joan Tous Martí. Porque Tous nos descubrió a todos los asistentes, la existencia de la pulpa de la algarroba, un elemento de este fruto con increibles propiedades nutricionales: «es muy rica en azúcares, concretamente en determinados azúcares aptos para las personas diabéticas. Pueden comer algarroba sin que les afecte a los niveles de glucosa». Y no solo eso, sino que el ‘patito feo’ de las frutas también contiene «mucha fibra, vitaminas y antioxidantes polifenoles. De estos últimos, más incluso que el aceite de oliva y los frutos secos». Además, ¡atentos! porque «tiene muy poca grasa y calorías». ¿Qué más quieren? Yo pensé: «fit, total». ¿Y qué me acabó de convencer? ¿Ustedes tienen hijos? Yo sí, dos pequeños golosos. Pues resulta que la pulpa de la algarroba también se tuesta y «se obtiene un polvo muy similar al cacao, pero sin componentes excitantes».

La hora de la verdad

Y llegó el momento. Después de esta interesante explicación tocaba probar los aperitivos que elaboraron los 8 restaurantes participantes en las jornadas. Créanme que me impresionó. Había de todo: desde estofado hasta postres, e incluso pan. ¡A cada cual más delicioso! Nadie de los allí presentes dijo lo contrario y puedo asegurarles que no era por el ‘queda bien’. Realmente la cocina con algarroba es, espectacular. ¡Buen provecho!