Sacos de arena para proteger el restaurante de Altafulla dañado por el temporal

El Ayuntamiento autoriza una acción puntual para que el local abra de forma segura este sábado. Hace una semana, la terraza que estaba encima de la playa se derrumbó al perder la arena que la aguantaba

El restaurante Voramar Cal Vitali reabrirá hoy sus puertas, justo una semana después de que una de las terrazas que tenía mirando al mar cediera por la ausencia de arena en sus cimientos.

La pérdida de arena constante en los bajos de esta construcción –a consecuencia de los más de 40 días seguidos de temporales– devolvió a la actualidad la alegalidad de esta terraza que se encontraba en una zona del litoral dond no puede construirse según establece la ley.

La terraza derrumbada (se había desalojado por precaución antes de que cediera y ello evitó que hubiera clientes heridos) selevantó sin cimientos sólidos. Solo con la compactación de la arena. La Ley de Costas, de 1988, estableció la nueva delimitación pública y privada del litoral; y esta terraza estaba dentro de la zona de servidumbre marítimo terrestre, pendiente de una regularización que nunca se llegó a activar.

El Ayuntamiento de Altafulla ha autorizado estos días una actuación urgente en el frontal del edificio de Cal Vitali para evitar que la situación pueda agravarse. Esta actuación provisional es de carácter particular, recuerda el alcalde Jordi Molinera. El permiso municipal, con la supervisión técnica del Servicio de Costas del Estado, se hace para evitar que el mar, en caso de un nuevo oleaje por un temporal, pudiera debilitar los cimientos de un edificio histórico y el mal fuera mayor e irreversible.

La actuación se activó este jueves para que el restaurante pueda volver a la normalidad hoy, tanto en el interior del inmueble como en la terraza que da al parque de Voramar. El propietario, Xavier Nicolás, agradece la rapidez mostrada por el consistorio en poder actuar en de forma rápida y proteger el edificio.

Los trabajos que se hacen en Cal Vitali son colocar una doble hilera de sacos de arena con una capacidad de un metro cúbico cada uno. Estos sacos movidos por una excavadora forman dos hileras, la que se apoya a los cimientos del edificio y la que minimiza el impacto del oleaje.

La actuación es provisional y debe culminarse en las próximas semanas. Por una parte, el Servicio de Costas deberá analizar qué medidas se aplican en la playa para recuperar su extensión natural y por otra, el propietario de Cal Vitali y el titular del restaurante deberán tomar una decisión sobre como proteger el edificio y si se recupera la terraza que estaba encima de la arena.

En cualquier caso, fuentes del Servicio de Costas del Estado recuerdan que con la Ley en la mano, el proyecto que deben presentar los titulares deberá ajustarse a la normativa y la terraza que el sábado cedió no será posible si no se ajusta a los parámetros de la ley de 1988.

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