Vandalismo a lo ‘Fahrenheit 451’ en Cunit

En uno de los hornos del parque arqueológico

Casi como en la recomendable novela de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Porque parece que hay a quien le dan miedo los libros. O no los soporta. O simplemente es un acto de vandalismo gratuito.

En la novela los libros se queman a manos de un cuerpo especialmente creado para quemar libros, ya que están prohibidos.

Vecinos de Cunit improvisaron un punto de intercambio de libros en el parque arqueológico que se habilitó en una zona verde. En uno de los hornos que se recreó a modo de como pudieron hacerlo las civilizaciones antiguas.

En uno de esos hornos recreados los vecinos comenzaron a dejar y llevarse libros para intercambiar lecturas y experiencias literarias. Tuvo un gran éxito ya que además estaba en un entorno natural y de recreación histórica.

Los vecinos convirtieron el horno en un punto de intercambio de libros.
Los vecinos convirtieron el horno en un punto de intercambio de libros.

Pero hay a quien le incomodan los libros. O simplemente es vandalismo gratuito. Ese horno ya no es punto de intercambio de libros y ahora está lleno de basura, latas e incluso bolsas con excrementos de perro.

No parece probable que los autores del acto vandálico pretendan un paralelismo con la novela y el horno. Fahrenheit 451 es la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde.

El horno ha sido objeto de vandalismo.
El horno ha sido objeto de vandalismo.

La pérdida de ese punto de intercambio de libros ha indignado a muchos vecinos que lamentan el incivismo, pero también que el parque arqueológico no esté lo suficientemente cuidado.

Iniciativas de intercambio de libros se han impulsado con éxito en el mercado municipal de El Vendrell y por las calles de Santa Oliva