Cuidado con el verano

Las altas temperaturas provocan patologías que necesitan prevención y un tratamiento adecuado

El verano ya ha llegado y con él, comparecen las altas temperaturas y los días en la playa o en la piscina, pero también la posible aparición de algunas enfermedades.

En algunas épocas del año hay patologías que son más comunes y que, normalmente, no revisten gravedad si se tratan adecuadamente. En invierno, por ejemplo, la neumonía, la gripe y los resfriados abundan. En cambio, en verano resultan frecuentes las picaduras de insectos, las quemaduras del sol, la deshidratación, los hongos, la otitis, etc. A continuación, vemos cómo se tratan estos últimos y cómo pueden evitarse con una prevención o con un tratamiento adecuado.

Según el doctor Josep Maria Bertran, médico general en Tarragona, estas afecciones se pueden agrupar de la siguiente manera: exposición al sol (quemaduras solares, deshidratación e intoxicación alimentaria), exposición a la naturaleza (picaduras de insectos) y exposición al agua (hongos, otitis y cistitis ).

Quemaduras solares

El gran enemigo en verano es el sol. Las quemaduras solares, en los casos más leves, ocasionan la aparición de un claro enrojecimiento en la piel y en los casos más graves, fiebre, dolor, ampollas y el aumento de las posibilidades de que se desarrolle cáncer de piel. Para no quemarnos se debe utilizar protector solar e, incluso, es recomendable usar after sun después de haber tomado el sol durante un tiempo prolongado ni que no nos hayamos quemado. El Dr. Bertran añade que «se pueden prevenir las quemaduras solares evitando la exposición al sol en las horas de máxima irradiación».

Deshidratación

La deshidratación es una de las principales consecuencias del calor. El estar mucho rato expuestos al sol trabajando, practicando deporte o, simplemente, paseando provoca que sudemos y eso hace que perdamos bastante líquido que nuestro cuerpo padece. «La deshidratación tiene que ser diagnosticada por un médico y pasa desde estar completamente enrojecido y con dolor de cabeza a un cuadro que puede llegar a la pérdida del conocimiento e incluso la muerte», afirma el doctor. La solución para esta afección es reponer los líquidos y sales minerales bebiendo un litro y medio o dos litros de agua al día. Los principales grupos de riesgo en este caso son los niños y las personas mayores.

Así pues, la deshidratación puede originar un golpe de calor. Esto sucede cuando falla la regulación de la temperatura en nuestro cuerpo. Los síntomas que se pueden sufrir son dolor de cabeza, náuseas, mareo, vómitos, frecuencia cardíaca acelerada o temperatura corporal anormalmente alta. Es importante que si cree que lo puede estar padeciendo acuda al médico o llame al 112.

Intoxicación alimentaria

Con las temperaturas extremadamente altas en verano, los alimentos acostumbran a ponerse malos más deprisa por la aparición de microorganismos y, esto, ayuda a que se intensifiquen las intoxicaciones alimentarias.

Estas pueden causar fiebre, diarrea, dolor de cabeza, vómitos, cólicos abdominales... Además, puede desencadenar gastroenteritis, una inflamación de la mucosa gástrica e intestinal, habitualmente de causa infecciosa, que va a cursar clínicamente con un cuadro de deposiciones líquidas en número aumentado que suele acompañarse de vómitos, fiebre y dolor abdominal.

No es necesario asistir al médico para su tratamiento, salvo que la diarrea sea intensa e incontrolable y la fiebre muy alta. Solamente se aconseja beber mucho líquido y llevar a cabo una dieta blanda, equilibrada con los alimentos adecuados.

Picaduras de insectos

Los mosquitos, las avispas o las garrapatas suelen picar en época estival, ya que las condiciones climatológicas son las idóneas para que estos se reproduzcan. Los síntomas son picor e inflamación, aunque las personas alérgicas pueden experimentar otros como fiebre, mareos o vómitos. Para prevenir las picaduras de algunos de estos insectos se pueden utilizar cremas o sprays repelentes.

Hongos

La humedad y las temperaturas tan altas son la combinación perfecta para que surjan hongos en la piel. Las dos señales más evidentes son el picor y el enrojecimiento de la zona afectada. Una de las enfermedades más comunes relacionada con los hongos es la pitiriasis versicolor, caracterizada por cambios de color en la piel, descamación y picor. Su tratamiento consta de medicamentos antifúngicos, vía oral, recetados por un médico.

¿Cómo evitarlos? Son diversas las maneras, pero las más importantes son: no andar descalzo por lugares húmedos, no llevar ropa mojada durante demasiado tiempo, secar muy bien la piel y mantener una buena ventilación.

Otitis

La otitis es una infección del canal auditivo que se produce cuando queda agua, del mar o de la piscina, en el oído y puede durar hasta una semana. Los síntomas más notables son: supuración y secreción y, sobre todo, dolor de oído. Para prevenir su aparición, debemos secar bien las orejas y evitar sumergir la cabeza en el agua continuamente. También, según el doctor Bertran, «se puede usar tapones para evitar la patología siempre y cuando aún no se haya diagnosticado». Para su curación se necesita un antibiótico en gota.

Cistitis

La cistitis es una infección urinaria que afecta a la vejiga, es muy común y afecta habitualmente a las mujeres. Esta se produce cuando se lleva mucho tiempo el bañador mojado y se previene secando bien la zona.

Algunos de los síntomas de esta afección son: ganas de orinar constantes, fiebre baja, orina turbia y con olor fuerte. El doctor Bertran explica que «los arándanos son un alimento que funciona muy bien para prevenir esta infección».

Para tratar la cistitis se debe beber mucha agua para orinar frecuentemente y acudir a un especialista para que prescriba algún tipo de antibiótico.

De este modo, para mantener un verano de lo más tranquilo y saludable, resulta imprescindible protegerse ante las adversidades originadas por las altas temperaturas de estos meses tan específicos.

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