El despertar artístico de Morató Aragonès

Pintura. La celebración del Año del Centenario del artista comienza con una exposición en Cornudella de Montsant

Un recorrido visual y emocional es lo que propone la exposición Cornudella Anys 30: el despertar artístic de Morató Aragonès. La muestra, que se inauguró ayer y permanecerá abierta hasta el 28 de abril de 2024, es la primera de las iniciativas que conmemoran el Año del Centenario del pintor Josep Maria Morató Aragonès (Reus, 1923 - Barcelona, 2006).

De este modo, la exposición, organizada por el Arxiu Morató Aragonès (AMA), reúne, por un lado, fotografías inéditas de la vida cotidiana y de los paisajes que tanto influenciaron al artista, así como algunas de las primeras obras del artista. «La mayoría de las imágenes corresponden al archivo de la familia, y de muchas de ellas desconocemos el autor porque no hay ningún tipo de registro», explica la hija del pintor, Maria Elena Morató, y comisaria de la muestra.

Entre todas ellas, destaca una foto que se conserva en el Museu d’Art Modern de Tarragona y que saca a relucir «como Morató Aragonès se aficionó con pasión por la pintura, acompañando a los maestros de la época, como Ignasi Mallol, por las montañas y ayudándolos a llevar los enseres de pintura». En concreto, es la primera foto de Morató con Ignasi Mallol, Joan Rebull y los pintores de l’Escola-Taller de la Generalitat, en el año 1936. Entonces, Josep Maria Morató tenía 13 años y estaba sentado con un jersey y unos calcetines de cuadros.

Maria Elena Morató, con las primeras obras de su padre. FOTO: SÍLVIA FORNÓS

Asimismo, las imágenes conducen al público al pasado, hasta los años treinta, para descubrir cómo era entonces la Capella de Sant Joan Petit, qué hacían los niños en los alrededores del Mas de Regiments o la fotografía del día que le regalaron una bicicleta. «Fue la primera y la única bicicleta que tuvo mi padre y la compraron en Reus», rememora Maria Elena Morató, quien del conjunto de instantáneas destaca que «son el reflejo de la vida cotidiana, es decir, muestran a qué jugaban los niños, cómo se divertían, cuál era la manera de vestir de la época, cómo ha cambiado el paisaje del Priorat, etc.».

Figura de los años noventa de Morató Aragonès. FOTO: CEDIDA

Así pues, otro de los propósitos de sacar a la luz el entorno humano del artista es, según palabras de la comisaria de la muestra, «despertar el interés entre los visitantes por conservar fotografías antiguas, antes de que desaparezcan por completo».

En el ámbito artístico, la exposición exhibe las primeras obras del artista reusense, hechas entre 1935 y 1940, antes de que el pintor ganase, con 17 años, la Medalla Fortuny de Reus. «Este conjunto de obras, muchos son cuadros sobre tablex, no se han expuesto en público desde 1945. Estaban guardadas en casa», explica Maria Elena Morató.

De las primeras pinceladas, la hija de Morató Aragonès explica que «como él acompañaba a los grandes artistas de la época y miraba lo que hacían, después pintaba los óleos intuitivamente, sin que nadie le diera ninguna indicación». El primer óleo fue un pequeño cuadro de Cornudella pintado a los 14 años.

En cuanto a su evolución pictórica, los estudios de Bellas Artes, su paso por Barcelona y los viajes a París marcaron un antes y un después. «Cuando empezó a estudiar Bellas Artes comenzó a introducir la figura humana, posteriormente en Barcelona también empezó a interesarse por el paisaje urbano e introdujo los grupos de personas», explica su hija, mientras que de sus viajes a la capital francesa rememora que «como todos los pintores de la época, la meta era ir a París una experiencia que artísticamente le cambio, comenzó a utilizar la espátula y sus trazos se convirtieron en mucho más contundentes».

Paisaje del Priorat pintado por el artista en los años 90. FOTO: CEDIDA

En los años sesenta, una de sus épocas más productivas, el artista redujo sus viajes al extranjero, para centrarse en su trabajo de estudio, empezando a utilizar la espátula como instrumento pictórico casi exclusivo. De 1975 a 1985 es el momento en que su gama de colores se decanta hacia los grises y blancos luminosos, produciéndose una evolución inversa, con la recuperación de los tonos cálidos y de los contrastes audaces.

A lo largo de su trayectoria artística, Morató Aragonès siempre se mantuvo vinculado a su tierra, pintando los paisajes de Cornudella y Reus. Así, la conmemoración del año del centenario del nacimiento del artista también se extenderá a Reus y Barcelona. Por todo ello, Maria Elena Morató anhela que la celebración sirva para «para descubrir las claves para entender su prolífica trayectoria».