Los jóvenes usan el Bono Cultural para cine, libros y videojuegos

Han acentuado el uso de esta ayuda de 400 euros en diciembre, tanto en productos como también en espectáculos

Diciembre acentuó el uso del Bono Cultural Joven para las personas que cumplieron 18 años en 2022 y que recibieron la aportación de 400 euros para consumo en actividades o servicios culturales. Esa ayuda se utilizó en el en el país de una forma abundante, sobre todo en productos como los videojuegos, los libros o el cine. También en espectáculos relacionados con la escena.

El mayor número de operaciones se produjeron el pasado mes, ya que hasta el día 18 se realizaron 55.577 compras o adquisiciones con el Bono Cultural Joven por un valor de casi dos millones de euros.

Cine, videojuegos, espectáculos y libros se han convertido en las principales preferencias de los usuarios, según los datos recogidos por el Ministerio de Cultura y Deporte sobre esta ayuda de 400 euros. Desde que a finales de octubre concluyó el plazo de solicitud del Bono, se han realizado un total de 99.371 operaciones en los establecimientos adheridos en España, lo que supone una inversión total de 3.626.943,51 euros en el sector cultural.

«Sí que hemos notado en los últimos días un aumento en este sentido. El proceso ha sido lento desde que se inyectó esta ayuda por parte de la administración, pero los jóvenes la han aprovechado», confiesa Sílvia Arbonés, de la librería Galatea de Reus.

Hasta el momento, las compras en comercios especializados se han distribuido, principalmente, entre cine, videojuegos, espectáculos y libros. A 18 de diciembre, se contabilizaron 2.115 empresas adheridas (algunas con múltiples establecimientos en el territorio español), lo que se traduce en 3.114 puntos de venta disponibles, a las que se sumaron otras 743 solicitudes actualmente en tramitación, ya que el plazo de adhesión de empresas permanece abierto.

«A mí me ha venido bien el Bono, sobre todo para invertirlo en productos relacionados con los videojuegos, que es lo que me gusta y, a veces, tienen un coste alto», asegura el joven de Salou. Pedro Abellán. Sumó 18 años en abril de 2022 y todavía se encuentra en plena formación académica, sin ingresos laborales frecuentes.

A partir de la concesión de la ayuda, los beneficiados disponen de un año para utilizar los 400 euros en productos o servicios culturales con una tarjeta de prepago que emite Correos y que el usuario puede adquirir de forma virtual en su móvil o recibir de forma física en su domicilio.

El importe se distribuye en 100 euros para productos físicos (como libros, prensa o discos); 100 euros para productos digitales (prensa digital, podcast o videojuegos en línea) y 200 euros para artes escénicas (teatro, ópera, cine, danza o museos).

El cine, al alza

El estreno de la película Avatar ha provocado que, en el fin de 2022, y, el inicio de 2023, se inunden de público las salas provinciales. Ahí también se ha activado el factor Bono Cultural. Por ejemplo, en las Gavarres, éste llegó a última hora por una cuestión de tiempos marcados por la administración, aunque diciembre ha disparado la actividad.

«Sí hemos recibido la presencia de muchos jóvenes que han utilizado esta opción. Al principio costó un poco, pero diciembre ha resultado propicio», admite Josep Eduard Príncep, de Ocine Les Gavarres de Tarragona. Con apenas tres semanas en la cartelera, Avatar se ha postulado como la novena película más vista de la historia, un dato que refleja la extraordinaria afluencia de la audiencia a las salas.

Con una inversión superior a los 112 millones de euros para el bono actual, se ha consignado en los Presupuestos Generales del Estado 2023 una partida de 210 millones de euros, ha resaltado el Ministerio de Cultura y Deporte, que ya trabaja en la segunda convocatoria de la iniciativa.

Así, se ha preparado el Real Decreto que regulará su puesta en marcha y para la cual se tendrá en cuenta la experiencia de la primera edición y las mejoras incorporadas para su optimización.

El afán de esta iniciativa pionera contiene un doble sentido: por un lado, muestra el interés de un amplio espectro de la población joven española por la cultura, que esta iniciativa ayuda a fidelizar como público y consumidor de cara al futuro; y, por otro lado, ofrece un respaldo adicional al sector para recuperarse de la crisis, con una inversión superior a los 112 millones de euros. El efecto que supone para los distintos registros culturales resulta extraordinario.

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