El coronavirus se ceba especialmente en las mujeres

La incidencia de las secuelas poscovid es mucho más elevada entre el sexo femenino

Tres años después del estallido de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 conocemos algo mejor al enemigo: sabemos la sintomatología, cómo detectarlo de forma precoz, qué tratamiento es más efectivo, las precauciones más eficientes para paliar su transmisión...

Sin embargo, entre la comunidad científica y sanitaria sigue habiendo algunas dudas sobre qué pasa después de haber superado el covid. En general, y aunque con un proceso de recuperación más lento que con otros virus, la mayor parte de la población se recupera favorablemente. No obstante, hay dos sectores de la población que sufren distintos síntomas de forma más duradera: los afectados por el long covid (covid permanente) y las mujeres, a quienes ya apuntan como las que más sufren los problemas derivados de la enfermedad.

Dolores de cabeza más intensos, fatiga, disnea, pérdida de cabello, problemas oculares, depresión, dolores más agudos y mala calidad del sueño se presentan más en las mujeres que en los hombres. Según las conclusiones del estudio Long-covid-exp-cm realizado por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y la Universitat de València, las causas por las que el coronavirus afectaría más al sexo femenino, serían «las diferencias biológicas entre ambos en la expresión de algunas proteínas, como la enzima que produce angiotensina-2 (ACE2)», una sustancia que estrecha los vasos sanguíneos, o «los receptores transmembrana, unas proteínas que se extienden por todo el espesor de la membrana plasmática de la células. Otra de las causas podría ser la menor producción de interleucina-6 proinflamatoria, una molécula que estimula al sistema inmunitario, después de la infección viral en mujeres», afirman.

Problemas ginecológicos

La revista científica Current Medical Research and Opinion publicó recientemente un estudio que concluía que el sexo femenino también es un factor riesgo para el desarrollo del covid persistente. Los investigadores señalan que las posibilidades de sufrirlo es un 22% mayor cuando se trata de mujeres.

Pero los estragos del virus SARS-CoV2 con las mujeres no quedan ahí: las alteraciones menstruales y desarreglos hormonales han sido una constante desde el inicio de la pandemia y con la vacunación. Cuadros tremendamente bruscos de sangrado abundante o ausencia de menstruación durante varios meses, ciclos mucho más dolorosos, spotting (sangrado intermenstrual), síntomas más exagerados, sangrados tras la menopausia... Profesionales de atención primaria, ginecología y obstetricia y urgencias ginecológicas han acusado incluso alteraciones en ganglios axilares y en las mamas.

Sin que las organizaciones sanitarias o gubernamentales hayan realizado estudios al respecto, ante este panorama son muchos los especialistas que han decidido poner cartas en el asunto y realizar sus propias investigaciones en búsqueda de conclusiones.

Según un reciente estudio liderado por la ginecóloga gallega Cristina González Cea, el problema estaría en el cerebro y no en los ovarios: «el virus induce un pico hormonal en el cerebro que, al sobre estimular los ovarios, provocaría estas alteraciones».