Tarragona presume del mejor taco de Catalunya

La receta es de Amaranto, un restaurante tradicional mexicano cerca de la plaza Corsini

El restaurante de cocina tradicional mexicana Amaranto (Tarragona) quedó en segunda posición, por detrás del taco de Los Chamacos, en la primera edición del concurso El Mejor Taco, un campeonato nacional en el que participaron más de 150 establecimientos de toda España el pasado 4 de julio. El primer clasificado es de Castellón, lo que convierte a Amaranto en el poseedor del mejor taco de Catalunya. Se puede probar en el número 5 de la calle Soler por 4,20 euros, a unos pasos de la plaza Corsini.

El concurso constó de dos fases, una primera en que clientes y críticos anónimos valoraban los tacos en los restaurantes, y otra final en The Penthouse by WOW, en la Gran Vía de Madrid, con una cata a ciegas a manos de los cuatro chefs con Estrellas Michelin (Roberto Ruiz, Javier Estévez, Julián Mármol y Andrés Madrigal), la directora general de la Fundación Casa de México en España, Ximena Carraza y la embajadora de la Escuela de Gastronomía Mexicana en España, Beatriz Zabal.

La receta

Jessica Romo y Eric Vicens, el matrimonio que regenta Amaranto, decidieron participar con una receta icónica mexicana como es la cochinita pibil, un guisado de carne de cerdo típico de la península de Yucatán. Se trata de una receta con pocos ingredientes, pero que requiere de un gran tiempo de preparación y sobre todo de «respetar los tiempos de reposo y cocción» aclara Eric. En total, se tardan dos días en preparar el guiso, la cebolla marinada y las tortillas.

Jessica explica, en una entrevista al Diari, que la receta es la que hacía su madre en Ciudad de México, pero con algunos cambios. Originariamente, el guiso se prepara envuelto en hoja de plátano y dentro de un horno de tierra, una técnica prehispánica, al pibil, que da nombre al plato. Esto solo se sigue haciendo en Yucatán, por lo que en Amaranto lo cocinan en el horno a baja temperatura durante toda la noche.

El guiso se sirve en unas tortillas hechas a mano que mezclan harinas de México y de España para reducir el típico sabor a maíz de las tortillas comerciales. Además, se acompañan con cebolla morada marinada 12 horas en zumo de naranja, chile habanero y «recaudo amaranto», una mezcla de especias especial del restaurante mexicano. El resultado final es muy sabroso y con un ligero toque picante.

En el concurso, la nostalgia jugaba a su favor, pero tenían que conseguir que los jueces la sintieran o no serviría de nada, «había que dar en el punto exacto del recuerdo» explica Jessica. Confiesa que, en la final, había un restaurante a su lado usando técnica de alta cocina, pero que ellos estaban seguros con su propuesta. Además, reconoce que quedar entre los 15 finalistas ya era una victoria para ellos.

Historia de Amaranto

Amaranto lleva abierto desde noviembre de 2022 y su objetivo es transportar a México con sus platos, «no sacamos un platillo si no nos recuerda a México», explica Jessica. Su objetivo es que los comensales se sientan como si hubieran ido a comer a casa de su tía o estuvieran comiendo en un puesto callejero del mercado.

El restaurante lleva abierto unos siete meses, pero Jessica y Eric ya tienen experiencia en el mundo de la hostelería. Ella estudió Turismo y él tiene formación para ser chef profesional. En 2016 empezaron a vender comida para llevar y en 2019 decidieron iniciar el proyecto para un restaurante. La pandemia les interrumpió la apertura de local justo un mes antes, así que lo tuvieron que posponer.

El local es reducido, pero cada detalle está pensado a conciencia, las paredes están decoradas con cerámicas de Talavera de Puebla, fotografías de cada uno de los treinta-y-dos estados de México o referentes del cine y la música mexicana. Todos los manteles son artesanías importadas e incluso los vasos de mezcal y tequila son específicos para beber los licores.

Los primeros clientes fueron mexicanos residentes en Tarragona, aunque ahora también vienen de ciudades cercanas como El Vendrell. Todos ellos, recomendados por otros clientes, ya que no gastan dinero en publicidad. De hecho, fue un cliente quien abrió el espacio de Google. «Es como si todo el mundo en Tarragona tuviera un pedacito de México», reflexiona Jessica al pensar en los clientes que le suelen explicar su relación con la cultura mexicana.