«El ADN Nàstic también es colaborar en la reinserción de colectivos vulnerables»

El club grana participa en el proyecto ‘Aprenentatge i Servei’, un programa de Justicia Juvenil dirigido a menores de edad con medidas judiciales para favorecer la adquisición de valores que reduzcan la posibilidad de reincidir

El fútbol sala nos ayuda a saber afrontar las situaciones y no recurrir a la violencia, porque no es la respuesta adecuada. Si lo haces, luego llegan las medidas judiciales...». Antonio, nombre ficticio, sabe muy bien de lo que habla. Es un de los jóvenes menores, de entre 14 y 17 años, que ha sido condenado por un delito y tiene que cumplir su condena en regimen abierto. Es decir, con medidas educativas que le permitan asumir unos valores que impidan que vuelva a reincidir. En 2022, en Tarragona 418 de los menores condenados por delitos cumplieron en regimen abierto y solo 106 tuvieron que ser internados en un centro.

Uno de los programas de reinserción que se lleva a cabo en el Camp de Tarragona es el Aprenentatge i Servei, que aplica una metodología de aprendizaje experiencial. «Trabajamos la realidad de las cosas. Las experiencias reales que les ayuden en sus procesos de reflexión, para reducir las posibilidades de reincidencia delictiva», explica Sergio Navarro, psicólogo del equipo de regimen abierto del Departament de Justicia Juvenil de Tarragona.

Para llevar a cabo estas experiencias se buscan entidades del propio entorno del menor con un doble propósito: «Poner en contacto a los jóvenes con los recursos que tienen en su comunidad y por el otro, hacer que las propias entidades participen de la reinserción de jóvenes de su comunidad», cuenta Alba Manobens, educadora de régimen abierto.

Con una experiencia en todo tipo de programas sociales, el Club Gimnàstic es una de estas entidades que participan activamente. «Tenemos una responsabilidad como institución histórica con todos los tarraconenses. Sobre todo el club, que es amateur y tiene esa función de colaborar en todo lo que sea inclusivo. Va en el ADN Nàstic», indica Enric Batista, directivo del Club grana.

Antonio, junto con otros siete compañeros en su misma situación, deben realizar un total de ocho sesiones. Una por semana. Este martes, tocaba pasar por el pabellón del Nàstic para aprender diferentes ejercicios que aplicarán en unos días, cuando se conviertan en entrenadores de fútbol de niños y niñas del Centre Residencial d’Acció Educativa (CRAE) de Tarragona. Les transmitirán los mismos valores que los técnicos les han estado inculcando estos días: cohesión, confianza, comunicación, liderazgo, normativa y gestión emocional. Aspectos que «les ayudarán también para respetar, tolerar e incrementar la capacidad empática con el entorno y de esta manera se reeduca para que no vuelvan a cometer los mismos errores», asegura el psicólogo del equipo de regimen abierto. «Son cosas que tenemos que aprender. Todavía somos jóvenes y no sabemos muchas cosas de la vida», añade Alba, nombre ficticio.

El grupo también ha asistido a entrenamientos del primer equipo. Incluso han podido conversar con jugadores profesionales. «Estamos muy agradecidos por la oportunidad que nos están dando y de hacerlo con un equipo tan conocido como es el Nàstic», dice Antonio. Y es que como dice su compañera Alba, «somos chavales que hemos tenido problemas, sí, pero aunque la gente se piense que no, nosotros queremos salir de abajo y actividades así, nos ayudan mucho para conseguirlo».

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